Siempre
se ha dicho que en la vida hay que irse amoldando a las novedades, hay que ir
con los tiempos, quedarse atrás es perder y no actualizarse es morir,
empresarialmente hablando. Aunque, a veces, es difícil
Y es que resulta que en muy pocos años las
vendimias, crecen en cantidad y acortan sus días. Todos ustedes recordarán, ya
que no hace apenas tiempo, aquellas vendimias que empezaban en agosto y
terminaban para, algunas veces, noviembre. No sería el primer año que en los
Santos se ha estado vendimiando, y aunque lo normal era empezar más bien en
septiembre, siempre había años adelantados en los que en agosto, como este en
el que estamos, había que empezar la vendimia por un adelanto en la maduración.
Ahora, aunque la
vendimia se puede alargar algo, no se llega a tanto tiempo, pero es que el
golpe fuerte de la vendimia dura cada día menos, y en este, cada vez más corto
espacio de tiempo, se mete en bodega más cantidad de kilos cada año.
¿Qué sucede? Tiene
fácil explicación, las maquinas vendimiadoras. No sé exactamente los cálculos,
pero puede ser que una máquina te vendimie en un día lo que varias cuadrillas
de personas tardaban más de una semana. Eso quiere decir que en menos tiempo se
recogen más kilos de uva, y se llevan a la bodega. Y aquí en la bodega, es
donde vienen los problemas, los problemas y los atascos, y para mí, merma en
calidad de los vinos, al menos en parte. Hoy día el agricultor medianamente
grande, o tiene máquina, o la contrata, con esto esperan, es lógico, el momento
óptimo de la vendimia y en ese momento es cuando pasan la máquina y, en un día
han cogido lo que antes tardaban diez. Lo malo o bueno, según se mire, es que
ese momento óptimo de maduración de la uva, es el mismo en innumerables viñedos
de la zona, por lo que en el plazo de una semana, por ejemplo, se mete más uva
de la que antes se metía en más de un mes…
Las bodegas se colapsan, la afluencia inmensa
de remolques y remolques de uva son de difícil transformación en el momento que
llegan. Y así vemos, colas cada vez más largas de remolques esperando su
descarga. Colas de remolques que, vendimiados a máquina, presentan una
exposición al aire y al sol, al calor de estos días. Y si un remolque con uva
revuelta con mosto, lo tienes varias horas, a veces muchas horas, al sol,
esperando la descarga, cuando esa uva va a la tolva está fermentando casi con
total seguridad, por lo que para el enólogo es poco menos que una bomba de
relojería, imposible de controlar.
Esto está sucediendo en muchas bodegas de los sitios más productivos. No es
lo mismo que la máquina que vendimia para una bodega pequeña, que vendimia y en
diez minutos, media hora, la uva llega fresca a la bodega. . Lo otro, es un
problema y cada vendimia más acuciante, ya que cada año que pasa se incrementa
más esta circunstancia.
La solución es difícil ya que las bodegas y cooperativas tienen un tope,
pueden molturar un millón de kilos, por ejemplo, si se apuran, pueden hacer uno
y medio o dos, pero o pueden molturar cinco. Sencillamente quedan desbordados.
Yo hace tiempo que digo que las máquinas vendimiadoras deberían disponer de
un dispositivo para la administración automática de sulfurosos, o meta
bisulfito potásico. Algo, que controle la uva desde el primer momento de su
recogida. Creo que no es difícil y se paliaría algo el problema de
fermentaciones anticipadas en remolques cuando el tiempo es caluroso, como
ahora y las colas de remolques en bodegas son muy grandes. No sé, pero es un
problema que si hablan con cualquier enólogo de zonas muy productivas le dirán
que los vuelve locos…
Manzanares, 9 de septiembre de 2014
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