viernes, 8 de julio de 2016

A punto de terminar la campaña, ha sido positiva en su conjunto


Llegamos al final de la campaña 2015-2016 y es hora de hacer un pequeño resumen de lo que ha dado de sí
En términos generales yo la calificaría de positiva en la mayoría de los aspectos al menos. Hemos tenido unos vinos de alta calidad, la uva llegó sana a las bodegas, en buen estado de maduración y no ha habido problemas de importancia con los vinos de esta campaña, tanto en blancos como en tintos.
Luego, cosa muy importante, ha sido una campaña en la que todo el mundo ha salido bien airado de ella (les recuerdo que hablo siempre en términos generales y siempre puede haber excepciones). El agricultor cobró un precio por la uva digno, siempre se espera más, es lógico, pero creo que el precio no estuvo mal del todo.
Los elaboradores han comercializado más o menos bien su cosecha y han sacado un beneficio si se tiene en cuenta el coste de elaboración. Ha sacado un beneficio, y más si contamos con un precio medio de campaña, que es lo que hay que hacer. Ha habido altos y bajos, pero la media del precio ha sido buena, quien haya vendido en el punto álgido ha sacado muy buen provecho, pero, repito, quien haya vendido a lo largo de la campaña, ha sacado una media aceptable.
Importante también ha sido la cantidad de excedentes que arrastrábamos y que en esta campaña han descendido considerablemente. Lo que nos indica también que los 44 millones de hectólitros elaborados se han sacado al comercio sin grandes dificultades. A mejor o peor precio, normalmente quien ha querido vender su vino, lo ha vendido sin grandes problemas.
El precio ha evolucionado al alza, a principio de campaña (recuerdo que es agosto, vino viejo por tanto) el vino estaba a 1,80 euros Hº más o menos el blanco y bastante más caro, el tinto, sobre 2,80.
Cuando se comenzaron a comercializar los vinos ya del año, pongamos en noviembre, el blanco se sitúo sobre 2,20 y el tinto sobre 2,75. Luego estuvo parado para a últimos de enero, primeros de febrero sufrir en pocos días un importante incremento, situándose 2,70 el blanco y a casi tres euros el tinto. Esto se debió al temor cierto que había de una posible importante merma en la próxima cosecha debido a la enorme sequía que arrastrábamos en otoño e invierno y que hacía suponer, con propiedad, que si la primavera no era lluviosa, la cosecha sería un desastre. Hubo entonces una gran actividad en demanda y compra que hizo subir el precio del vino en pocos días. Luego la primavera no se portó mal y los precios han tenido unos meses estables, con poco movimiento, pero sin bajadas. Quizá ahora, a última hora de campaña estén cediendo algo los precios de los vinos, ya poco influirá en la media de campaña ya que poco es el vino que queda en bodega libre.
Las exportaciones también se han portado bien, incluso el consumo en algunas cotas y sectores se ha visto incrementado, cosa que no sucede desde hace tiempo. Pero los mercados internos y sobre todo internacionales se han portado bien y hemos colocado con relativa facilidad nuestros vinos, por precio, calidad y circunstancias adversas de países competidores, el caso es que hemos salvado la cosecha, a no muy mal precio e incluso hemos reducido excedentes ¿Qué más queremos?
Por tanto creo que una campaña como esta la firmaría casi todo el mundo. Desgraciadamente no todas son así y las hay peores, aunque también mejores, Lo bueno de esta es que ha sido válida para todos, y esto si es más difícil que ocurra todos los años.

Manzanares, 5 de julio de 2016

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