Nunca he sido muy amigo de las
subvenciones, parto de esta base. Aunque a veces son necesarias, sobre todo si
se quiere mantener algo que es importante y necesario
El otro día leía
que se subvenciona los olivares viejos de bajo rendimiento. Los olivares
plantados en pendiente. De ahí me vino la idea. ¿Por qué no pedir subvenciones
para el viñedo viejo de bajo rendimiento, con el fin de poderlo conservar? ¿Cuantos
viñedos centenarios nos quedan en España?
Para conservar este
viñedo solo veo dos opciones viables, una es esta, el apoyo por parte de la
administración. Otra es que los propietarios sean los mismos bodegueros que
elaboran el vino y no miran el coste y sí la calidad. Por desgracia en manos
del agricultor es prácticamente inviable por no sacarle el rendimiento
necesario para poder subsistir y le merece la pena arrancarlo y poner nuevo, en
espaldera, con regadío, etc. Quizá de momento también se mantienen algunos por
haber llegado a un acuerdo o entendimiento entre el agricultor y el bodeguero
para comprarle esa uva a un precio por encima del normal del mercado y que le
merezca la pena mantenerlo. En el resto de los casos estos viñedos se están
perdiendo.
Y esto, el perder
los viñedos viejos, es irrecuperable, una cepa que se arranca de cien años es
irrecuperable, habría que esperar otros cien para poderla tener de nuevo. La
esencia de esa viña traspasada a una botella de vino, tampoco la volveremos a
recuperar.
Hay quien dice, y
estudios hay también que un viñedo en espaldera, bien cuidado, con unos
rendimientos que no sean exagerados, con una masa foliar grande y buena
exposición al sol, no tiene por qué dar peor uva que una cepa vieja. Puede ser,
no voy a poner en duda estudios de gente más entendida que yo. Pero el encanto
de estas cepas retorcidas por los años, y la seguridad de que, estudios aparte,
esa cepa nos da unos kilos de esencia
centenaria encerrada en forma de racimo y que se traspasa a ese vino, es
irrefutable.
Por tanto, desde la
administración, creo que la más cercana, la autonómica, que puede estar más interesada
que si nos vamos a la fría Europa, se podía subvencionar en forma de una ayuda
por kilo o por cepa al agricultor, con el compromiso de mantenerla. Precedentes
tenemos en el olivar, no sé si en otro tipo de cultivos, pero nuestras viejas
viñas, se podrían tratar como un bien escaso, natural y merecedor de
conservación, eso no cabe duda.
El guante queda
lanzado, espero que lo cojan desde la administración, sindicatos o agrupaciones
profesionales, creo sinceramente, que merece la pena su estudio
Manzanares. 20 de
junio de 2016