viernes, 23 de diciembre de 2016

BAILE DE NUMEROS


Hace tiempo, y lo he repetido más de una vez ya que me llamó la atención, un buen cliente y además amigo, me dijo que en esto del vino a los políticos lo mejor era pagarles el sueldo pero que no se metieran para nada, que nos dejaran tranquilos, vamos, no a nosotros, al sector, al mercado, al vino…
Y es que, aunque no lo hagan a mala intención, que por supuesto no se la presumo, bien por desconocimiento, bien muchas veces por querer agradar a la concurrencia, o bien, como ellos mismos dicen muchas veces, porque se les calienta el labio, dicen algunas cosas que pueden perjudicar al sector, aunque, fíjense lo que les digo, lo hagan para querer beneficiarlo.
Hace poco se comentaba que Castilla La Mancha tendría 25 o 26 millones de hectolitros de producción entre mosto y vino. Rápidamente se hace cuentas la gente (hasta en Francia, Italia, etc. la hicieron) y la respuesta es fácil, si Mancha, que según decían ha tenido mala cosecha y tiene 26 millones, si Mancha representa algo más de la mitad de la producción de España, los números salen fáciles, 50- 52 millones de hl. En España, los más pesimistas 48… Una cosecha grande, y los vinos comienzan a ceder tanto en firmeza como, al poco, en precios.
Ahora viene la segunda, en menos de un mes, nuevas declaraciones, Mancha 23,3 millones, España 42,3 y nos dicen que: además, se traduce en que Castilla-La Mancha produce el 54,1% del vino y mosto nacionales. Los números no salen de ninguna de las maneras, por lo que mucho me temo que estos datos cambiaran, no sé si a más o a menos, pero cambiará, esa es nuestra gran incertidumbre.

Luego nos sacan datos del INFOVI, muy bien, los apoyo totalmente, no puede ser de otra manera, los estamos reclamando años y años. Tenemos, eso sí, que acostumbrarnos a saber leerlos, diciéndolo en el buen sentido de la palabra, que no es que seamos tontos, es que mucha gente se asusta cuando lee los primeros datos y nos dicen, siendo verdad, que España tiene unas existencias de 61 millones de hl. A octubre. Y es cierto, pero a esta cantidad hay que decir que se le mete las existencias anteriores, es decir, por tanto, los vinos de guarda, los que están para crianzas, reservas, etc. Vinos que, efectivamente sin existencias, pero que no están a la venta en el mercado y menos de graneles. Para hacernos una idea de las existencias reales y aunque no sean datos exactos, pero si para  de un vistazo, poderse hacer una idea de lo que realmente tenemos, yo recomiendo restar la cifra de existencias que teníamos a final de campaña y que eran 29 millones, por lo que la existencias reales de vino en venta pueden ser en estos momentos, mejor dicho, a final de octubre, que es cuando nos dan los datos, de unos 32 millones de hl. Cantidad mucho más asumible. Con unas exportaciones a esa misma fecha, que superaban en algo los cinco millones de hl.
Lo bueno es que mensualmente nos vayan dando estos datos, para ir viendo los volúmenes que tenemos, y los que comercializamos.

El correo del vino se despide hasta el año que viene, en mi nombre propio y en el de todo el equipo, les deseo que pasen unas fiestas agradables en compañía de sus seres queridos. Y les pedimos que brinden con vino español, nosotros, el correo del vino, así lo haremos por todos ustedes.


viernes, 16 de diciembre de 2016

72,5 millones para reestructuración. Que Dios nos pille confesados


Un artículo parecido a este lo escribí hace ya años, muchos años, cuando empezó la reestructuración del viñedo. En esa ocasión en una conferencia le dije a un político que lo que estaban haciendo iba a favor de la cantidad, no de la calidad. El político, recuerdo que esbozó una sonrisa. Yo le dije que la ventaja que yo tengo es que lo dejo todo por escrito y que luego hablaríamos, años después lo vi y se lo recordé, entonces se rió menos…
Y es que, tras estos años, sigo opinando lo mismo, la reestructuración era precisa, no lo dudo, había que modernizar bodegas y viñedos, pero se podría haber plantado de otra manera, ya que la reestructuración nos ha dado mucho potencial productivo, pero hemos y estamos perdiendo los buenos y viejos viñedos año tras año. Y si hoy día se dice y muestra con orgullo la edad de los viñedos, cuando estos son viejos, cada vez es más difícil de decir por quedar cada año, cada vez menos viñedos viejos.
Resultado de imagen de plantacion de nuevos viñedosY no solo la calidad, que se puede conseguir en espalderas si la carga que llevan no es excesiva ya que la masa foliar que tienen puede ser mayor y pueden dar esa buscada calidad. Lo que sucede es que esto cada vez se da menos y en contra de esto se va a la producción, y esta es grande y mayor que lo será.
Hace menos años, unos cuatro o cinco, escribí otro artículo que titulaba, más o menos, hay que miedo me da que no tenemos plantas. Efectivamente llevamos años en los que la planta se agota y el plantar lo solicitado es un verdadero problema por falta de planta. Eso ya está dando producción y en los próximos años va a seguir duplicando producciones y quizá engañándonos, como ha pasado este año en el que una mala cosecha va a llevarnos a quizá la segunda o tercera cosecha de la historia de España. ¿Qué pasará y cuánto será, cuando venga una muy buena cosecha? ¿Alguien se extrañará e que estemos cerca de los sesenta millones de hectólitros? Y la pregunta final ¿Qué haremos con esa cosecha, como la comercializaremos? Y una más: ¿Y si al año siguiente repite y nos vienen otros sesenta?
Con 72 millones de euros se pueden plantar muchos miles de hectáreas nuevas, nuevas o sustitutas de cepas de tres quilos por cepas de quince… Y así llevamos años y años. De momento la suerte nos sonríe, la suerte y el buen hacer de nuestros empresarios, ya que vamos teniendo cosechas asequibles y las exportaciones van como un tiro marcando récor año tras año.
En resumidas cuentas, creo que no estamos haciendo las cosas bien, que no estamos calculando lo que nos puede venir encima si las cosas se tuercen, y vienen cosechas normales altas a nivel internacional.
Como siempre luego vendrán las quejas, peticiones de arranques subvencionados, y volver a repetir la experiencia de años y años.

Tiempo al tiempo…

viernes, 9 de diciembre de 2016

No, Pero Si


La semana pasada les hablaba de la espada de Damocles sobre el vino en cuanto a los impuestos y su posible subida. Esta, efectivamente no se llevó a cabo en cuanto al vino se refiere, como todos esperábamos, sin embargo, si afecta a una importante parte del sector
Efectivamente, al vino no le suben los impuestos especiales, pero si lo hacen con una parte importante de vinos como son, por ejemplo, Los vinos de Jerez, Montilla-Moriles, el vermú y todas las bebidas aromatizadas y vinos de licor, donde el grado alcohólico se aumenta a base de añadirle alcohol.
A todo esto le suben el impuesto un 5%, lo que repercutirá indudablemente en el consumo, y  por consiguiente en las ventas y cuentas de resultados de las bodegas.
¿Realmente merece la pena desestabilizar un sector de esta manera para lo que se va a sacar de dinero con esa subida de impuestos? Porque hay que recordar que el montante que se puede sacar no es significativo en el cómputo total de impuestos, por aquí no van a solventar  el déficit que quieren compensar.
Por otro lado en cuanto a fábricas de alcohol y alcoholes derivados del vino la influencia es pequeña, casi nula en muchos casos, por lo que no hay que alarmarse por ese lado, aunque su pequeña influencia siempre existe.
A quien realmente afecta, como digo al principio es a Jerez, a Montilla y a los fabricantes de Vermú y aromatizados, moscateles dulces, vinos de licor, etc. que van a tener que subir precios y a los que puede bajar el consumo
Todas estas cosas van haciendo, se quiera o no, mella en el mercado, son piedras, más o menos gordas que se ponen en el camino y que siempre molestan.
Y hablando de mercados de vinos a granel, la verdad es que están muy parados, la operatividad es baja y los precios, si hacen algo, es bajar, aunque el mantenimiento es la mejor definición. Las exportaciones tampoco van a un ritmo alto. Italia nos está quitando bastantes operaciones. Preparan unos vinos decentes, a pesar de la baja calidad que tienen este año, muy inferior desde luego a la nuestra, pero los preparan bien, ya conocen a los Italianos, y luego van algo por debajo de los precios españoles y se están llevando algunas operaciones significativas.

Por tanto la recomendación sigue siendo la misma: ir vendiendo conforme nos vayan llegando ofertas y coger un precio medio que nos salve la campaña.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Vuelve la espada de Damocles al vino


Como en el célebre anuncio del turrón, que vuelve a casa por Navidad, no podía terminar un año sin la amenaza reiterativa y anual de poner un impuesto espacial al vino.

Y es que si repaso la hemeroteca, es difícil que pase un año sin que se ponga sobre la mesa que al vino se le va a poner un gravamen más. Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final, ya verán, se romperá. Aunque esperemos que no sea en este viaje.
Si tomamos como ciertas las declaraciones hechas por el presidente de Gobierno, el impuesto especial de bebidas alcohólicas, referentes al vino y a las bebidas fermentadas, que ahora mismo se sitúa en el 0%, no se tocará, según ha dicho por activa y por pasiva. Otra cosa es que ese “no se tocará”, se refiera a que no subirá, pero no excluye que se puedan incorporar otras medidas. Y, en caso de ponerse, no se aclara tampoco cuánto aumentaría.
La amenaza también afecta a una posible subida del IVA para la hostelería, que en estos momentos está al 10%  y que pasaría a ser del 21%. Rápidamente han declarado que si es así, además de perderse miles de puestos de trabajo, repercutiría en todos los productos que se comercializan, y claro está, el vino es uno de ellos, que además se vende mucho en hostelería y que al sufrir una subida se notaría igualmente el descenso del consumo.
Parece que a pesar de llevar ya años con una legislación en la que se declara taxativamente que el vino es un alimento perteneciente a nuestra admirada dieta mediterránea, cada año se ocupan de recordarnos que en cualquier momento puede ser objeto de una subida de impuestos y baje, aún más, el precario consumo que tenemos.
Un mercado tan sensible como es el del vino, y del que viven tantos miles de personas, se debería tratar con menos ligereza, ya que los rumores surgen enseguida. Pueden ser sólo cuentos, pero al final, un día el lobo va a presentarse y nos pillará a todos por sorpresa.
Unas veces el anuncio llega, como ahora, de España, otras veces nos viene desde la Unión Europea, pero el caso es asustarnos cada cierto tiempo. Desde Europa siempre he dicho que me asusta menos ya que Francia, Italia y España juntas hacen mucha fuerza, sobre todo Francia, que en esto del vino es inamovible en su ardua defensa del vino como producto líder y parte importante de su economía, además de la fama que tiene a nivel mundial.
Personalmente creo que no se pondrá, al menos de momento, el impuesto especial de bebidas alcohólicas al vino, como tienen otras bebidas, ya que también en España y sobre todo en algunas regiones es una baza importante en el sector de las importaciones, creciendo continuamente y representando una parte importante de la economía de muchas zonas. Pero también me da miedo que precisamente por eso, porque crece y se oye mucho y cada vez el volumen económico es mayor, pueda resultar un bocado apetitoso para ponerle otro impuesto y sacarle una suculenta tajada.