viernes, 28 de octubre de 2016

Uvas tiradas al suelo ¿Es la solución?


Las denominaciones de Origen de toda España, limitan las producciones por hectárea. Particularmente el bajo rendimiento mejora indudablemente la calidad de la uva, siempre que se ha haga en su momento oportuno, si no, no vale para nada.
Resultado de imagen de uvas tiradas en el sueloEstos días estamos viendo que en sitios donde la cosecha ha aumentado considerablemente, no solo con respecto al año, sino con las previsiones  que había hasta hace pocas semanas, s está tirando la uva al suelo para no subir producciones y ser descalificados o sancionados por los consejos reguladores. Y la verdad no lo entiendo, ya que de poco le vale a la calidad del resto de la uva.
Comprendo y apoyo la vendimia en verde, que luego se quiten racimos cuando comienza el envero, para aportarle toda la fuerza y componentes a la uva que se deja. Esa uva, efectivamente, en cepas descargadas, aumenta en calidad al tener menos rendimiento por hectárea, eso está bien y es el fin, buen fin, que persiguen los consejos reguladores y muchas bodegas, con el fin de aumentar la calidad de la uva que queda y del vino por tanto.
Resultado de imagen de uvas tiradas en el suelo
Pero lo que están haciendo ahora es, podríamos calificarlo y sin ganas de polemizar, absurdo, sencillamente porque tiran la uva mientras la están vendimiando, lo que no repercute, absolutamente en nada en la calidad de la que va a la bodega, al ser exactamente igual que la que se tira. El primordial fin que se persigue no se consigue y por tanto tirarla, además de ser una pena, es igual que si no se tira al no mejorar la calidad, como ya les he comentado.
Esa uva o bien podría ir a vinificación aunque no estuviera acogida a las Denominaciones de Origen, o bien, vendimiarla aparte y llevarla a bodegas fuera del consejo para que también se vinificasen aunque no fuera protegida por esa denominación, sea la que fuere.
Lo que es una pena es tirar al suelo una uva que está perfectamente madura y que puede dar un vino, mejor o peor, pero que puede ser exactamente igual que el que se ampara por la denominación. Incluso he visto maquinas vendimiadoras vertiendo directamente la uva recogida en lugar de a un remolque, al suelo.

No sé, quizá sea conflictivo de cara a los consejos reguladores el intentar compaginar una cosa y otra, lo que sí está claro es que la calidad de la uva que amparan no gana nada por echar un racimo a la caja y otro al suelo, de la misma cepa. Y lo que si es cierto es que uvas cuidadas, maduras y de una calidad más que aceptable es una pena que se tiren al suelo.

viernes, 21 de octubre de 2016

Una vendimia sin vendimiadores


Se van terminando las vendimias en toda España, los mostos terminan de fermentar y los nuevos vinos comienzan su largo y tranquilo reposo en los depósitos, tinajas o barricas, todo como cada año, todo igual, ¿O no?
Resultado de imagen de maquina vendimiadoraPues no, quizá no nos estemos dando cuenta pero cada año va cambiando un poquito más la vendimia.
Y es que este año, cuando ya llevábamos una semana o diez días de vendimia, al ir de un lado para otro por las carreteras de La Mancha, me di cuenta de una cosa que me llamó enormemente la atención, y es que no había vendimiadores, por más que miraba, no veía vendimiadores en el campo.
Cada año, nada más empezar la vendimia, nuestros campos se comenzaban a ver repletos de cuadrillas, que con navaja en mano, sus capachillos o cajas iban recolectando la uva para echarla al remolque y llevarla a la bodega, sin embargo, bien entrada la vendimia no se veían vendimiadores por el campo.
Supongo que semejante sensación daría hace ya muchos años, cuando en época de siega del cereal, se dejaron de ver a los segadores, con la hoz a la cintura, cortando los haces de mies, para llevarla a la era a trillar, aventar y sacar el grano. Cosa que ha pasado a la historia.
Igual está pasando con la vendimia y de manera más significativa con los comienzos de las vendimias.
Y es que primeramente se vendimian los varietales nuevos plantados, más adelantados normalmente que las variedades autóctonas. Así, lo primero que se vendimia, en el ejemplo de Mancha, pero válido para todas las regiones, son los moscatel grano menudo, chardonnay, Sauvignon Blanc, Merlot. Etc. Todas estas variedades proceden de la reconversión del viñedo, todas puestas en espaldera y que, por tanto, todas se vendimian con máquina.
De esta forma veías por el campo máquinas vendimiadoras, remolques, adaptados ya todos para poder llevar la uva procedente de la vendimia con máquina, es decir, herméticos para no perder el caldo que rezuma esta uva así vendimiada. Mucho “trajín” en el campo, pero de máquinas solamente para arriba y para abajo, pero ningún vendimiador.
Luego, una vez que todas estas viñas se han recogido, si se alternan ya máquinas y personas, y entra el vendimiador al campo a recoger la uva de la cepa de vaso, la tradicional, la de siempre.
Y es que cada año aumenta la superficie plantada en espaldera, que se vendimia con máquina, y disminuye la plantada tradicional, por el arranque principalmente. Es el progreso, y los gastos de producción que se reducen enormemente de tener un viñedo plantado a pie a tener uno en espaldera, es normal.
Y quizá nos tengamos que ir acostumbrando a no ver vendimiadores y que estos sean sustituidos por máquinas en nuestros campos. O al menos que cada año se nos haga más extraño ver a estas personas bajo el sol cortando racimos de uva y sea casi anecdótico el ir al campo, como quien va a ver algo curioso, donde se vendimie la uva con tijeras y capacho, bajo el sol de La Mancha.

Manzanares, 18 de octubre de 2016

viernes, 14 de octubre de 2016

Etiquetas Virales


Si quieren que les diga la verdad no pensaba escribir sobre ellas, se ha escrito mucho y pensaba que si lo que hacemos es darles propaganda, esto puede cundir como setas en un otoño húmedo. Y, sinceramente, a mí no me gustan

Hay muchas, con nombres que, cuando menos son extraños, groseros otras veces y buscan, siempre su minuto de gloria. Esta semana ha estado circulando una etiqueta, contra etiqueta mejor dicho que rezaba: “Tinto de fuerte color, rojo púrpura intenso con ribetes violáceos, muy expresivo y afrutado en nariz con taninos vivos en boca y con gran estructura. Como si te digo que… unos léperos vampiros, de buena familia, lo recolectan solo en noches de apareamiento del cernícalo real mientras escuchan Chiquetete (los leperos). Acto seguido se fermenta en barricas de tungsteno construidas por glamurosos enanos carlistas con crestas de colores. Te lo vas a creer igual." 
Resultado de imagen de vino sin etiquetaNo voy a poner ni la zona, ni la marca, no quiero, al menos desde aquí, hacer propaganda a algo que, al menos yo, no comparto, pero supongo que la mayoría de ustedes saben de lo que hablo.
Hay principalmente  y a mi modo de ver tres cosas malas y una buena, cuando menos.
 Empezando por la buena, pues que se habla de vino, quieras que no es una propaganda gratuita para ese vino y para el vino en general, que haya miles o cientos de miles de personas que lo lean, lo compartan y lo den a conocer. Últimamente en el márquetin dice que todo vale, y quizá sea así, no cabe duda que han conseguido que se hable de este vino y quizá que se compre,  ha sido una publicidad gratuita en las redes, que tomado de este punto de vista está perfectamente conceptuada. Lo que hay que preguntarse es eso, es si todo vale.
Las malas, primeramente, el ridiculizar el vino y su cata, cuando se hace por profesionales. Es cierto que muchas veces se ha abusado de poner nombres, adjetivos, cualidades raras y poco menos que imposibles de reconocer por el común de los mortales, de eso ya se ha hablado mucho y se está corrigiendo, llevamos años comentando que hay que hacer más sencillo el consumo del vino, su lenguaje y quitar todo, o al menos parte, del tabú que lo rodea (por otra parte ese tabú también es agradecido por mucha gente).
En segundo lugar, algo que me preocupa que se haga por parte de una bodega o marca, ya que si lo veo muy importante. Y es que yo veo una manera de ridiculizar al consumidor, vamos, de llamarlo tonto, en una palabra, aborregado y que no tiene ni la más remota idea de lo que se le dice, por eso se le puede engañar. Es dejar al que compra esa botella a la altura del betún, tratarlo de inculto, “te lo vas a creer igual, termina la contraetiqueta, es decir, te diga lo que te  digan como ni tienes conocimiento ni entiendes, te lo vas a creer, como si te digo que sabe a gominolas del Caribe.  Lo veo como reírse y denigrar al consumidor y eso sí que me sienta mal. Solo por eso, no lo admito.
Y la tercer y última, es, la verdad, una pena, y es que en los cientos o miles de comentarios que he leído, unos a favor, otros en contra, en un sentido o en otro, en ninguno he leído una cosa tan sencilla como importante. Y es comentar lo que hay dentro, si estaba bueno o malo, si merece la pena comprarlo o no, si tras esa etiqueta hay algo a comentar: EL VINO. Y no he visto nada de eso. Una pena.

Manzanares. 11 de octubre de 2016

viernes, 7 de octubre de 2016

Terminando vendimias


Si cogemos los datos desde la primavera hasta ahora, y los que vendrán luego, veremos que esta vendimia ha sido conflictiva desde un principio, y el caso es que termina igualmente conflictiva
Allá cuando brotó la viña, con unas recientes y abundantes lluvias primaverales (Aunque no del otoño e invierno anteriores) y con una muestra de uvas más que buena. Con un desarrollo estupendo. Todo hacia prever que tendríamos una cosecha de las llamadas grandes y efectivamente quien lo decía no mentía ya que lo que la viña nos mostraba era eso.
Pero, como se suele decir en aquella época, aún le quedan a la viña muchos días y noches en el campo y hasta que la uva no llega al lagar, no se puede decir nada… Y llegó el largo y caluroso verano, que hasta el día de hoy nos llega, ya en octubre, y las lluvias no llegaron y la cosecha comenzó a mermar, a mermar, cada día había algo menos, la uva se quedó, en el secano, pequeña y sin peso. Y así llegamos a esta vendimia donde la uva de regadío está totalmente sana, ha madurado correctamente y nos dará vinos de excelente calidad, pero tenemos una gran cantidad de uva de secano que no ha llegado a madurar correctamente, se ha paralizado y tenemos una uva con poco caldo, poco, poquísimo grado y descompensada. Sana de apariencia, pero que deja mucho de desear en otros parámetros analíticos.
Así las cosas tendremos una cosecha con una calidad aceptable, quizá con diferencias sustanciales entre vinos que pueden tener una altísima calidad, y otros que no llegarán a ella. Poca graduación general. Este año vinos blancos con 12 o más grados serán difícil de conseguir Y una cantidad que ha ido mermándose día a día y que es difícil de evaluar, pero que en estos días se estima que pueda estar entre los 40 y 44 millones de hectólitros.
Esta tónica es general, Europa tiene menos cosecha en general, Tanto Francia, como Italia, Alemania y Portugal, han visto mermadas sus cosechas por diferentes motivos. Y en la cantidad total de Europa, por tanto, va a bajar la cantidad elaborada considerablemente.
A todo esto hemos visto cómo el precio de la uva ha ido aumentando casi tan proporcionalmente como la uva iba disminuyendo, y hemos tenido una vendimia “caliente” en cuanto a precios se refiere, con continuas subidas y donde muchas bodegas han hecho y están haciendo lo posible por llevarse a sus lagares la mayor cantidad de uva posible, viendo la merma que había. Ha habido, además, en algunas poblaciones un “pique” enorme entre las bodegas que ha llevado a subidas que no han sido respaldadas por la generalidad de las bodegas de la región, pero que ahí quedan como constancia de la guerra de precios que hemos tenido
Entrando ya en vinos y comercialización, la verdad es que se espera una comercialización sin grandes problemas, no debe de costar mucho trabajo el colocar este año los vinos, ya que a nuestra corta cosecha se unen, como arriba les indico, una merma casi mundial de producción de vinos.
Los precios de los vinos a granel aún no han salido de manera generalizada, y es normal, visto lo que más arriba les comento. Al no tener un precio fijo y definitivo de la uva, es normal que nadie se quiera arriesgar a venderlos y pillarse las manos.
Por otra parte el saber que hay poco vino, hace que muchos elaboradores, una vez metido el vino en bodega, se resistan a vender, esperando posibles subidas en el vino a lo largo de la campaña y en la seguridad, así lo creen al menos, de que cuando lo quieran vender no tendrán excesivos problemas en hacerlo y esperan que el precio del vino suba, o al menos, de lo que si están seguros es en la creencia de que no bajaran, que hay muchas más posibilidades de que suban que de que bajen.
Y así lo creo yo también.
Ahora veremos cómo se va desarrollando esta campaña, desde el correo del vino, como siempre, le iremos informando

Manzanares, 4 de octubre de 2016