Las
denominaciones de Origen de toda España, limitan las producciones por hectárea.
Particularmente el bajo rendimiento mejora indudablemente la calidad de la uva,
siempre que se ha haga en su momento oportuno, si no, no vale para nada.
Estos días estamos
viendo que en sitios donde la cosecha ha aumentado considerablemente, no solo
con respecto al año, sino con las previsiones
que había hasta hace pocas semanas, s está tirando la uva al suelo para
no subir producciones y ser descalificados o sancionados por los consejos
reguladores. Y la verdad no lo entiendo, ya que de poco le vale a la calidad
del resto de la uva.
Comprendo y apoyo la vendimia en verde, que luego se quiten racimos
cuando comienza el envero, para aportarle toda la fuerza y componentes a la uva
que se deja. Esa uva, efectivamente, en cepas descargadas, aumenta en calidad
al tener menos rendimiento por hectárea, eso está bien y es el fin, buen fin,
que persiguen los consejos reguladores y muchas bodegas, con el fin de aumentar
la calidad de la uva que queda y del vino por tanto.
Esa uva o bien podría ir a vinificación aunque no estuviera acogida a
las Denominaciones de Origen, o bien, vendimiarla aparte y llevarla a bodegas
fuera del consejo para que también se vinificasen aunque no fuera protegida por
esa denominación, sea la que fuere.
Lo que es una pena es tirar al suelo una uva que está perfectamente
madura y que puede dar un vino, mejor o peor, pero que puede ser exactamente
igual que el que se ampara por la denominación. Incluso he visto maquinas
vendimiadoras vertiendo directamente la uva recogida en lugar de a un remolque,
al suelo.
No sé, quizá sea conflictivo de cara a los consejos reguladores el
intentar compaginar una cosa y otra, lo que sí está claro es que la calidad de
la uva que amparan no gana nada por echar un racimo a la caja y otro al suelo,
de la misma cepa. Y lo que si es cierto es que uvas cuidadas, maduras y de una
calidad más que aceptable es una pena que se tiren al suelo.