Hoy,
que es día de la mujer trabajadora, quiero, desde estas líneas, hacer un
homenaje, más que merecido a las mujeres de nuestro mundo, el mundo del vino.
Siempre
he pensado que ojala no se tuviera que celebrar este día, en el aspecto de que
por igualdad, no fuera necesario, lo que significaría mucho para la sociedad en
su conjunto.
Dicho
esto es de resaltar, y por eso quiero dejarlo por escrito y hoy, el cambio que
ha sufrido el vino, positivamente, desde que hace pocos años, por desgracia muy
pocos años, la mujer comenzó a entrar en el mundo del vino. Bien es verdad que
hace poco que se generalizó, ya que tenemos a esta gran mujer, que tanto ha
hecho por el vino y por el binomio vino-mujer, como es Maria Isabel Mijares,
pionera que, con las consiguientes dificultades de cuando comenzó, supo
posicionarse, no entre los primeros, sino la primera en impulsar el vino, en el
mundo entero, Ella ha dado el primer paso, y tras ella la siguieron muchas
otras.
Recuerdo,
para que vean lo que ha cambiado esto en unos pocos años, que hará 15-20 años,
no hace más, en una cooperativa, que como es lógico no daré su nombre, entró
una enóloga en la dirección técnica. Y hubo un gran revuelo ya que había quien
se negaba rotundamente a que una mujer fuera la enóloga de la bodega, lo que
también me extrañó es que el presidente, quien más estaba en contra, tenía
carrera universitaria, que tampoco diré por evitar posibles malentendidos. Es
decir, una persona, culta en teoría, se negaba a que una mujer fuera enóloga de
esa cooperativa, simplemente por el hecho de ser mujer.
Hoy,
gracias a Dios, España está llena de excelentes enólogas que hacen excelentes
vinos y nadie se preocupa, eso es lo bueno, de saber si quien hace el vino es
hombre o mujer, simplemente se fijan en lo que hay que fijarse, el vino que hacen.
A nivel
de empresas todavía nos queda más recorrido por hacer, si empezamos por cooperativas,
son muy pocas las mujeres que hay en las juntas rectoras, menos las que ocupan
puestos de dirección y responsabilidad, esta es una asignatura pendiente que
tiene el sector. En la empresa privada pasa tres cuartos de lo mismo, pocas
mujeres, aunque las hay y de importancia, nuestro vino más famoso y reconocido
mundialmente, Vega Sicilia, en estos momentos está dirigido por una mujer. Pero
ya digo, nos queda mucho por hacer en este sentido, y seguro que mejorarían las
cosas…
Si hay un
muy buen plantel de excelentes catadoras de vinos, sumilleres y grandes “entendidas”
que van por los concursos, presentaciones etc. Catando vinos y que crean
tendencia en vinos. Cosa que muchos, desde luego, agradecemos.
Otra cosa
a corregir son algunas denominaciones que se utilizan. La que más me revienta a
mí, es la de “pon un vino de mujer”, denominándolo así al vino, o mostos
parcialmente fermentados, o vinos flojitos, con baja graduación, dulces, etc.
que parece que son los más indicados para ser consumidos por mujeres. ¡Qué gran
error!, los que estamos en esto del vino lo sabemos, hay muchas, muchísimas
mujeres que nos dan cuarenta vueltas en cuanto a vinos y que no toman estos
vinos, o si los toman, desde luego, no es por ser mujer. Ustedes hagan la
prueba, yo lo he hecho, si van con una mujer a un bar y piden un vino tinto y un
vino de baja graduación, el vino se lo ponen a usted y el de baja graduación a
la mujer ¿Por qué?
En fin, son
cosas que debemos de ir cambiando entre todos. Este artículo es de
reconocimiento a la mujer y a lo que está haciendo y cambiando en el mundo del
vino. Aún, por desgracia, nos queda mucho por hacer, pero lo podemos conseguir
entre todos. Al fin y al cabo, y aunque no deba ser así, la inmensa mayoría de
los vinos que se compran en súper mercados y grandes superficies lo compra la
mujer.
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