Hacía
muchos años, no es cuestión de mirar cuantos, pero la clara tendencia al alza
que hemos tenido estos años de atrás de exportar vino, en 2016, por desgracia,
se ha roto
Y hemos
descendido en valor y en volumen, sobre todo en volumen, un 7%. Pero no voy a
aburrirles con números y números, los tienen todos y mejor sacados de lo que yo
lo puedo hacer, a través del Observatorio Español de Mercados del vino. Ahí los
pueden ver todos.
Lo que
hay que intentar es analizar el porqué de esta bajada y las claves son
relativamente fáciles a la vez que complicadas. Calidad no nos ha faltado, la
tenemos y superior a la de muchos países contrincantes. Una de las causas,
seguro, es el precio del vino. Una subida, grande a la vez que ficticia ya que
apenas se ha operado a lo que se pretendía ha hecho que los operadores
internacionales se vayan a otros países a adquirir el vino. Esto ya se lo he venido
diciendo a ustedes desde prácticamente el inicio de campaña.
Tras la
vendimia se creía, nos creíamos, si hay que meternos todos, que el vino se
pondría por las nubes, por la poca cantidad que se decía que había, y esperamos
a los compradores internacionales, con la escopeta cargada, como se suele
decir, pero el caso es que no llegamos a disparar ni un solo tiro, cuando
vieron lo desorbitado de nuestras pretensiones, simplemente se dieron la
vuelta, buscaron otros mercados y los encontraron, sobre todo en Italia, y allá
que se fueron y adquirieron las primeras y fuertes compras de después de
vendimias, dejando relegada a España a un segundo plano, en España adquirieron
los varietales y “florearon” los mejores vinos, comprando mucho bueno, pero en
pequeñas cantidades. Y aquí nos quedamos los españoles con el grueso del
granel, el que cuesta trabajo vender, en nuestras bodegas, compuestos y sin
novia…
Perdimos
clientes de muchos años, que nos había costado mucho conseguirlos. Y ahora,
cuando se les ha ido a ofrecer el vino, han ocurrido dos cosas, la primera que
ya habían comprado y las necesidades eran menores o nulas. La segunda, que se
han dado cuenta de la debilidad de los mercados españoles y nos están apretando
las clavijas, incluso podíamos poner una tercera causa más maquiavélica en el
que podría entrar la venganza, mirada comercialmente, y el regocijo de que no
me quisiste vender y ahora tienes que venir a mí…
Los
mercados interiores, los españoles, pues les pasa tres cuartos de lo mismo, yo
achaco también a un primer “susto” que todo el mundo creía que el vino subiría enormemente
y compraron para casi toda o toda la campaña y en estos momentos, con vinos
comprados más o menos caros, la verdad es que la mayoría ni atienden a la
marcha del mercado español ya que sencillamente, no están en compras.
La
solución, la verdad es que difícil pero no imposible. Tenemos la calidad
estupenda de este año, y hemos bajado precios, por tanto podemos reconquistar
estos mercados, no se nos va a arreglar en un
año, yo espero que si no cambian mucho las cosas, este año podemos
seguir bajando algo en la exportación, pero también es cierto que hay que
confiar en nuestros empresarios, que seguro vuelven a abrir los caminos que
ahora se nos han cerrado.
Lo que si
me gustaría es dejar constancia y que esta pequeña o gran lección que los mercados
internacionales nos han dado, nos sirva para aprender y sobre todo, asimilar,
que aunque siempre a lo largo de la historia ha habido gente que se ha creído
con las fuerzas suficientes para manipular un mercado y manejarlo a su antojo,
este, el mercado, siempre pone a cada uno en su lugar, y este año lo hemos
visto
No hay comentarios:
Publicar un comentario