La
segunda quincena de abril y la primera de mayo suele ser, si no, decisiva, si
importantísima en el devenir de la viña y la próxima cosecha, es un mes clave
en el que puede no ocurrir nada o pueden ocurrir muchas cosas. A Saber:…
Y es que
efectivamente, en estos momentos, por ejemplo, está más de media España con los
ojos mirando al cielo a ver si llueve. Raro es quien no mira los avances
climatológicos, incluso a quince días vista, aunque este pronóstico sea poco
fiable, para ver si llueve, o si hiela, reconozcamos que todos lo hacemos
prácticamente a diario, más de uno con un nudo en el estómago si los
pronósticos no nos son favorables y con cierto alivio si este pronóstico apunta
a lo que nosotros queremos.
Y las
lluvias vendrán, tarde o temprano vendrán, con mayor o menor intensidad, pero
vendrán, y entonces, cómo no, vendrá el mirar si la nube es muy negra y trae
granizo o solo agua, y este, el granizo, se llevará su parte de cosecha, como
cada año. El granizo no hace mala una cosecha, se repetirá por todos lados, ya
que perjudica a uno y beneficia a los vecinos a los que les llueve solamente.
Pero su pellizquito de cosecha no hay quien se lo quite al granizo.
Y veremos
si hiela o no hiela, de momento parece que no, pero hasta que no pase el
peligro, en Mancha la cruz de mayo, el día diez, pero también depende de la
luna, cuando sale la de abril y entra la de mayo, este año la llena entra el 10
de mayo, no es mala fecha, pero hasta entonces mirar al cielo, al pronóstico y
al amanecer a ver si baja de cero o no la temperatura. Estos días de atrás, por
ejemplo, en la zona de Champagne francesa una fortísima helada ha dejado
arrasada casi toda la denominación. También en zonas de Mancha se ha visto algún
pequeño daño debido a las heladas de marzo que pillaron a muchas viñas con las
yemas hinchadas y algunas no han brotado al haberse helado. Aunque este daño no
es de consideración.
Y si
llueve mucho y en los días precisos y la temperatura acompaña hay que ver si se tratan los viñedos o no,
que el temido mildiu acecha con la humedad y el calor, los tres dieces, se le
llama desde antiguo, más de diez grados, más de diez centímetros de tallo y más
de diez litros por metro cuadrado de lluvia.
Y también
vemos la muestra que nos trae la viña, racimos que se erigen erectos sobre las
hojas y el tallo, si trae muchos o pocos, si vienen dobles o sencillos, más
delanteros o traseros, que todo eso influye en la cosecha. Bueno, dicen los
conformistas, racimos hay de sobra siempre, sí, pero no es lo mismo, donde hay
se puede sacar, de donde no hay no, dice el inconformista, o el que nunca se
conforma con nada.
Y luego
los mercados, mes que influye muchas veces decisivamente, más antes que ahora,
antes, cuando una helada hacia subir el vino, o un pronóstico de abundante
cosecha con buenas lluvias lo hacía bajar, para hacerlo nuevamente subir si a
consecuencia de la lluvia venia el mildiu. Cuantas veces en abril y mayo ha
tenido un vuelco la marcha de la campaña de vinos…
Como verán
mes importantísimo en los mercados vitivinícolas, mes que nos puede dar o
quitar mucho, luego, cuando ya pasan todos estos “peligros” la uva se queda en
el campo y vuelve cierta tranquilidad y sosiego, que la uva ya está más o menos
tranquila hasta agosto, a ver si la sequía le afecta mucho o poco, y como llega
al lagar… Pero eso es otra historia, en otro mes…
Manzanares,
25 de abril de 2017