viernes, 23 de octubre de 2015

Precios en hectógrados ¿Qué y por qué es eso?

A muchos de ustedes les extrañará que ponga este título; todos, en España, sabemos lo que es el precio en hectógrados, pero… ¿y en otros países?
Escribo este artículo porque El Correo del Vino, al tener repercusión internacional, es leído en diversos países. La semana pasada les comentaba los precios del vino en hectógrados, tal y como solemos expresarlo en España, pero desde Argentina me llegó una pregunta: ¿qué era eso de los precios en hectogrados y cómo se hacía la cuenta en el vino?
Pocos días después, un agricultor pasó por mi despacho a preguntarme por qué en la uva le habían descontado precio por tener su uva glucónico y otros parámetros.
Ambos hechos me hicieron reflexionar. Los dos casos, aunque diferentes, me llevan a una misma conclusión; deberíamos comenzar a comprar y vender por calidad, no por grado.
Empezando por la uva, este año ha habido bodegas en las que los parámetros considerados a la hora de liquidar las uvas no se han centrado sólo en el grado; se ha tenido en cuenta además del grado, el glucónico, el nivel fermentativo y la acidez. Es decir, han comenzado a pagar la uva en función del conjunto de aspectos que interesan para que el vino sea mejor, no solamente por el grado.
En España aún hablamos, y en esto nos incluimos todos, en pesetas a la hora de comprar uva o vino. Y compramos y pagamos por grado.
¿Quién se cree hoy día que un buen vino se basa en su graduación alcohólica? Nadie, ni dentro ni fuera de España. Entonces, ¿por qué se da el extraño caso de que pueda valer mucho más un litro de mal vino de catorce grados, que uno buenísimo vino 11 grados?
Sencillamente no tiene sentido. Pienso que esto data de cuando la mayoría de graneles se hacían para ser destilados, en los que el grado era fundamental, y no tanto la calidad. Cuando yo comencé en esto, con mi padre, hace ya años, recuerdo que las cosechas se daban no sólo en cantidad de uva; se daban los “absolutos”, es decir, el conjunto de grados alcohólicos elaborados. También es cierto que la conservación de los vinos dependía de su mayor graduación. Hoy el alcohol es un conservante natural, pero no decisivo, por los avances tecnológicos que tenemos.
Por lo tanto, vuelvo a proponer que los vinos se paguen por calidad, y que el grado sea solamente un parámetro más a evaluar a la hora de comprar o vender un vino. Pero que se tenga más en cuenta la calidad en conjunto, como en los tintos donde se evalúa también, por ejemplo, el color que tienen.
En la uva estoy seguro que se va a imponer, de hecho este año ya ha habido bodegas que lo han hecho, otras que lo han probado para implantarlo el año próximo. Y si la uva se paga por calidad, es lógico también que el producto resultante, el vino, igualmente se pague por la calidad que tiene y no por el grado. Además tendremos un lenguaje más internacional a la hora de comercializar nuestros vinos.


 
Javier Sánchez-Migallón 
Javier Sánchez-Migallón
Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino

sábado, 17 de octubre de 2015

Lavando capachillos

“Hasta que no se termina la vendimia, no se lavan los capachillos”, eso reza el famoso dicho. Pues bien, ya se están lavando en casi toda España.

Otra posibilidad, difícil de evaluar siendo ecuánime, es la posibilidad de que el precio del vino suba. Y decimos lo de ecuánime, ya que si deseáramos subir el precio, el sector exportador e industrial opinaría lo contrario. La misma reacción obtendríamos de elaboradores y agricultores, en caso de que deseáramos que subiera el precio. Por eso decimos que es difícil. Por tanto, en lo que a precios se refiere, será preferible que reine la moderación y el equilibrio. Es cierto que el vino puede tener un cierto recorrido al alza, pero tenemos que ser prudentes, los mercados internacionales no admiten, hoy por hoy, vinos a 5 o 6 euros Hº. Es cierto que desde que empezó la vendimia, un poco antes quizá, el vino ha subido, tanto el blanco, como el tinto. También es cierto que la cosecha ya casi podemos asegurar que será similar o algo inferior a la anterior, lo que nos sitúa en el guarismo de fácil comercialización y subida de precios.
Podemos empezar con el balance de campaña e irnos más allá de nuestras fronteras para ver cómo se puede desarrollar ésta en España.
Italia estima unos 49 millones de hl., con lo que se colocaría este año como la mayor productora mundial. El segundo puesto lo ocupará Francia, con unos 45-46 millones y el tercero España, con, según últimos datos del Ministerio, 40-41 millones.
Crecen Italia y Francia y baja España. Lo que puede tener diferentes resultados, según se mire. Podemos no tener excesivos problemas de comercialización, pero a su vez nuestros competidores directos tendrán mayor volumen, por tanto nos comprarán menos y, además, pueden hacernos daño en la exportaciones a otros países, comunitarios o terceros.
Italia sabe moverse y el Sr. Zonin, presidente de l´Unione Italiana Vini, está aprovechando los acuerdos de países del Pacifico para el libre comercio. Pretendiendo que se eliminen los aranceles a los IG italianos en esa zona. Así como en USA. Los periódicos italianos se han hecho un gran eco de todo esto, este fin de semana. También comentan que sus vinos cumplen los parámetros analíticos en todo lo que manda la OIV. No sabemos si porque les han descubierto algo, o bien apuntando a que otros países no lo cumplen.
Francia tiene en estos momentos más caros sus vinos, como casi siempre. Por tanto, si sus exportaciones son como acostumbran, es probable que nos compren vino. En Francia los precios “oficiales” cerraron en septiembre con cotizaciones de 6,12 euros/hgdo para el vino blanco de mesa; 5,51 euros para el vino tinto; 7,47 para el blanco con IGP y 6,98 para el tinto con IGP.
Una campaña que se presenta interesante y bonita para todos, sin que nadie vea como uno de los problemas la comercialización, que no es poco. Y si la incógnita es que los vinos puedan subir más o menos, tampoco es excesivamente malo, si, como antes les indicaba, reina la moderación

sábado, 10 de octubre de 2015

¿Desde qué edad nos gusta el vino?


Muchos de ustedes se habrán dado cuenta: cuando se es joven, a la mayoría no les gusta el vino; luego, les encanta.

Pongo mi ejemplo, por no hablar de otros. En mi casa, siempre ha habido una botella de vino en la mesa a la hora de comer y cenar. Siempre, en la familia, hemos estado íntimamente ligados al mundo del vino y su cultura; en mi casa siempre se ha consumido vino. Incluso recuerdo cómo, cuando yo era pequeño, mi padre me mandaba al bar de al lado a por vino con una botella vacía, si por alguna razón faltaba en casa.
Era una casa donde se vivía del vino, se hablaba bien del vino y se promocionaba el vino. Sin embargo, he de reconocer que de joven, no me gustaba el vino, y lo intentaba, ya que lo tenía a mano, pero casi hasta los 30 años, esto no cambió.
Hoy me sucede todo lo contrario, no comprendo cómo puede haber gente a la que no le guste el vino. En mi mesa, por supuesto, en cada comida hay una botella de vino en la mesa, de la cual, como antes me pasaba a mí, mis hijos no beben. Hacen lo mismo que hacía yo: lo prueban a menudo, pero no les termina de convencer. Y eso que cuando doy catas por la zona se suelen venir, porque les gusta el mundo del vino y la cata, pero luego, aparte de alguna vez que les digo probad este o ese vino, no lo suelen beber. Sin embargo, el mayor sí me pide ya alguna botella de vino para llevarla a su piso de estudiante y beberla con los amigos; comienza a gustarle el vino.
Para saber si era un caso singular, o algo más generalizado, he preguntado a amigos y conocidos, consumidores habituales de vino, y, en esta pequeña muestra, en más del 90% de los casos les pasaba lo mismo. Entre los 18 y 25 años a ni uno solo le gustaba el vino, de ahí para arriba empezaba a gustar, y en el tramo de más de 28-30 años, hay una gran afición, cada vez mayor, por el vino, su mundo y variedad.
Escribo esto a modo de reflexión, por supuesto que habrá casos de más jóvenes que les guste el vino, como dicen “la excepción confirma la regla”, pero a una inmensa mayoría de nuestros jóvenes no les gusta el vino hasta que no cumplen una cierta edad. Por otra parte, no considero “gustar el vino” a lo que hacen con los cartones en el botellón, los calimochos, aunque quizá sea un inicio, pero me refiero al consumo, moderado y habitual en comidas, en casa, etc.
Desconozco el motivo, no sé si será por algo físico, o por algún otro motivo, que se pueda estudiar para saber el porqué de esto. Pero si se fijan suele ser habitual. Miren en bares, casas, consulten a amigos y ya verán.
Yo, ahora, cada vez que disfruto de una copa de buen vino, sinceramente, no me explico cómo tal maravilla pudo, durante un tiempo, no gustarme. Y no encuentro respuesta razonable.

viernes, 25 de septiembre de 2015

La desidia de parte de la hostelería

En muy pocas cosas de la vida se puede generalizar, menos con todo un colectivo como la hostelería. No lo haremos desde aquí.

Hay bares, restaurantes, en los que el servicio del vino es correcto. Sin embargo, hay otros que dejan bastante que desear. A estos últimos me dirijo.
Podría ser un tema a tratar por parte de las bodegas. Dar cursos gratuitos a la hostelería sobre servicio, presentación y trato del vino. No haría falta mucho tiempo, tampoco hay que dar un curso de sumiller, pero sí las cuatro reglas básicas.
Hace unos días, por ejemplo, estando en Granada, ciudad en la que da gusto ir de vinos: con espléndidas tapas, rincones y donde no es excesivamente difícil encontrar sitios donde beberte un buen vino, tanto de la tierra, donde se están haciendo cosas más que interesantes, como de otras zonas de España. Establecimiento donde llama la atención el buen trato que se le da al vino, aunque el consumo de cerveza siga siendo prioritario. Quien ha estado de tapas en Granada sabe que esto es así. Por eso, lo digo y repito, no pierdo ocasión, cuando paso por esta ciudad, de ejercer esta gran costumbre que tenemos los españoles de ir de tapas, o de vinos, como me gusta llamarlo a mí.
Sin embargo, en esta ocasión, entré en un bar en el que me extrañó no ver vinos a la vista. Le pedí al camarero que me informara de qué vinos tenía.
  • - ¿Qué? -me preguntó extrañado.
  • - Que qué vinos tiene
  • - No sé…
Fue a preguntar. Al volver me dijo que algo de Rioja o de Ribera del Duero, pero que no sabía cómo estarían (al menos fue sincero). Le demandé un vino de la tierra. No lo tenía. Así que me pedí un tinto de verano que lo tenía de grifo en barra… Y me dio pena, mucha pena.
Hace también un par de semanas, en mi población, tierra endémica de vinos desde hace centurias. Pedí un vino de mi pueblo, pero especificando marca y variedad. Pero no lo tenían. En lugar del coupage de Merlot, Tempranillo y Petit Verdot, que yo había pedido, me ofrecieron otro de Cabernet Sauvignon y Shiraz, argumentando que “era lo mismo”. Acepté su sugerencia, pero le contesté que “no era lo mismo”.
Me miró con cara de “qué sabrá este”, mientras metía la copa en el grifo de agua fría que tienen para enfriar los vasos de la cerveza, y, completamente mojada de agua, sin que me diera tiempo a evitarlo, me sacudió el vino, en copa empapada de agua.
En mi población, no hace mucho, con motivo de unas jornadas de vino, quise darles unas explicaciones del servicio y me puse en contacto con la asociación que tienen, citando a todos los establecimiento hoteleros (más de 50), a un curso gratuito de media hora, sobre el servicio del vino. Lamentablemente no contestó afirmativamente ni uno.
Hay más ejemplos, lo vemos a diario, buenos y malos. Creo, sin duda, que un mejor conocimiento sobre el vino y su correcto servicio por parte de algunos hosteleros, redundaría en un incremento del consumo. Por eso animo a los grupos, y a las bodegas, que igual que dan catas de promoción, inicien esta promoción en bares y restaurantes y den algunos cursos sobre el servicio de vinos. Seguro que sería una formación beneficiosa para el sector.

Javier Sánchez-Migallón
Javier Sánchez-Migallón
Director  El Correo del Vino


jueves, 17 de septiembre de 2015

Denominación de Origen Uclés, compromiso continuo

Esta pequeña Denominación de Origen de la provincia de Cuenca, además de elaborar unos exquisitos vinos, mantiene un compromiso continuo con el sector.
Esta semana colabora con un proyecto digno de tener en cuenta, una apuesta por una vendimia sostenible utilizando algas para reducir los gases de efecto invernadero en la producción del vino. Estas algas, a su vez, servirán para abonar los mismos viñedos. De esta forma, se reutilizan todos los residuos de forma ecológica, con un ahorro económico importante y un respeto máximo por el medio ambiente.
Pero su compromiso no es sólo con la parte medioambiental. Vemos cómo a diario esta denominación no se cansa de colaborar con artistas, pintores y cualquier evento de índole cultural; social, colaborando con ONG; y con un sinfín de asociaciones y eventos.
¿Cuántas denominaciones, con un potencial económico mucho mayor, no realizan ni la mitad de actos y apoyos que esta DO?
Además, fue la primera denominación de origen en medir la huella de carbono.
Y es que no todo es vino, y si es vino, siempre se ha dicho que el vino es cultura, tradición, historia. El vino siempre ha estado ligado al mundo cultural. Cuántos poetas, cuántos escritores, cantantes, pintores y generadores de arte de cualquier tipo han loado en sus escritos, lienzos o canciones al vino y su entorno. Pues este mismo entorno lo patrocina y eleva la DO Uclés.
Solamente cuenta con cinco bodegas, casi podríamos decir que es una Denominación de Origen Vino de Pago, por lo reducido de su extensión.
Pocas bodegas, pocos vinos, pero de una calidad excepcional. No cabe duda que si todo esto no fuera respaldado por unos buenos vinos, nada tendría que hacer. Vinos reconocidos con premios y, lo que es más importante, por el público, vinos que se han sabido ganar un hueco en el mercado, vinos que se llaman por su nombre y que son conocidos en numerosos sitios. Vinos de reconocida y merecida fama, algunos considerados de los mejores de Castilla-La Mancha, tanto en gama alta, como mediana. Haciendo extensible a su provincia, Cuenca, esta fama, en muchos sitios he oído pedir un vino tinto de Cuenca, sencillamente con esa denominación.
En resumidas cuentas, un camino a seguir por su buen hacer, su compromiso y su continua lucha por mejorar y darse a conocer.
Todo, por supuesto, con el empuje de su presidente y el bien hacer del equipo, pequeño, pero comprometido, amable y trabajador, de su gerencia y relaciones públicas, con una amabilidad y simpatía, hasta contagiosa, difícil de igualar.
Es la primera vez que hago un artículo de este tipo, y habrá quien piense que el objetivo es bailar el agua, pero nada más lejos de la realidad. Me gusta reconocer las cosas bien hechas, siempre en defensa del vino, y tenía ganas de hacer mi pequeño reconocimiento a la Denominación de Origen Uclés que, sin duda, lo merece.

Javier Sánchez-Migallón 
Javier Sánchez-Migallón
Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino

viernes, 11 de septiembre de 2015

Situación del sector ante la campaña

Precios de uvas, vinos, expectativas de exportaciones, mercado doméstico interno. Estamos ante el comienzo de campaña y bien merece la pena analizar un poco el recorrido que puede tener

Empezando por las uvas, ya que ahí empieza también el vino, en el campo, en los viñedos, estamos, si no cambian las cosas con las lluvias, ante una buena calidad; sanas, con algo menos de grado y algo descompensadas de acidez total, por término general. De momento nada anómalo que no se pueda corregir, por tanto, buenas uvas que nos pueden proporcionar buenos vinos. Las uvas de secano, que daban miedo por su falta de madurez debido a la falta de humedad, en estos últimos días se están recuperando; hay que esperar a que lleguen a su punto óptimo de maduración, pero estimo que la mayoría no darán excesivos problemas, donde ha habido sequía.
Los precios que se han puesto de uvas, como siempre, baratos para el agricultor, caros para el elaborador. Como todos los años. No debo entrar en valoraciones personales, se han puesto los que tiene el vino a granel, más o menos, algo más altos que los del año anterior, para una cosecha que al final será por el estilo a la última, millón de hectolitros. Arriba o abajo, pero que, no olvidemos, se está recuperando. Este año hay sustanciales cambios, como el del pago de la uva a 30 días, que va a necesitar un enorme esfuerzo económico y financiero para todas las bodegas compradoras de uva.
COMERCIALIZACIÓN DE LA COSECHA
Si partimos de una cosecha similar a la del año pasado, no debería haber excesivas complicaciones para comercializarla. Los vinos de más calidad embotellados siguen con muy buenas perspectivas. Los graneles, siempre que los precios se contengan algo, también pueden tener recorrido, con algunas salvedades.
China, con la recesión que está teniendo y el continuo aumento de cosecha que tiene, puede reducir sus compras.
Rusia, por un lado está pidiendo vetos a la exportación de vino, y aunque no salga (lo más probable), sufren igualmente recesión, con la bajada del precio del petróleo y las buenas cosechas que parece que tienen los antiguos países satélites, sus primeros abastecedores de vino.
Argentina ha dejado uvas en las viñas, y tiene unos precios muy bajos de vinos, por lo que pueden competir en el sector de vinos más económicos.
Francia e Italia van a tener cosechas algo superiores a las del año pasado.
Todo esto hay que evaluarlo en el cómputo total, pero ya digo que, dentro de unos límites de precios de vino, creo que podremos sacar la cosecha sin excesivos problemas.
El vino en el mercado interior estará flojo, como siempre. Vinos embotellados de gama media o media alta, con algo de crecimiento, aunque es tan poco que no se nota apenas en el cómputo general; y vinos a granel tan flojos como siempre, con consumos a la baja o estables como mucho, poco se puede esperar de ellos. Más cuando, cada vez se necesitan menos ya que las grandes y no tan grandes bodegas tienden al autoabastecimiento con cosechas propias o compradas, y por tanto necesitan cada vez menos ir al mercado a adquirir vinos.
De igual forma hay que tener muy en cuenta los grandes grupos cooperativos que se están formando, que reforzarán mucho el sector vendedor al acaparar una gran parte de la producción nacional.
Una nueva cosecha, nueva campaña, nuevas ilusiones y esperanzas, que esperemos no defrauden a nadie.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Son empresarios, no delincuentes

No es mi intención ofender con este artículo, pero me creo en la obligación de romper una lanza a favor de las secciones particulares y empresariales de este nuestro sector.
Desde hace unas semanas, se trata al empresario particular vitivinícola, al bodeguero, casi como si fuera un delincuente, cuando el sector tiene mucho que agradecerle, desde hace mucho tiempo. Ahora parece que se va a por él, y es, sin lugar a dudas, un error. Perece que toda la legislación se está elaborando para beneficiar a todo el sector menos al particular.
No hay que olvidar que las rutas las abre siempre, o la mayoría de las veces, el empresario particular. El camino de las exportaciones, por ejemplo, lo han abierto nuestros abnegados empresarios; lo fácil luego es seguirlo.
Y escribo este artículo porque según la nueva normativa, la que obliga a hacer un contrato y a pagar la uva a treinta días, beneficia a todo el sector (cosa que me parece muy bien) pero a costa de perjudicar gravemente al empresario particular. No cabe duda de que la baraja que se le ha proporcionado para jugar no es la misma que tienen todos los demás integrantes del sector.
Con esta legislación los agricultores salen beneficiados. Me parece muy bien que tengan que saber el precio al que venden sus uvas, es lógico, pero no me parece tan bien lo del pago tan rápido que puede asfixiar a muchas bodegas, al tener que pagar la uva cuando puede que el vino ni siquiera esté terminado. Más cuando el resto de operadores, como las cooperativas aunque también es lógico, no tienen esa perentoria necesidad de pagar la uva a tan corto plazo. Es, sin duda, un quebranto que ya veremos si muchos bodegueros lo pueden aguantar.
Por tanto, no va este artículo contra los agricultores, ni contra el sector cooperativo; todos nos debemos adaptar a la legislación vigente y nadie tiene la culpa de que sea de esa manera, no. Pero igual que digo eso, también digo que la discriminación que sufre el empresario particular es muy grande, lo que puede llevar al cierre de muchas bodegas. Y esto nunca es bueno para nadie. Lo repito muchas veces: en este sector para que vaya bien, deben funcionar desde el primer al último actor, es decir, todos, todos tienen que tener su parcela y su parte de pastel en este negocio, no es bueno que ninguno de ellos juegue en desventaja respecto a los demás.
Y termino este artículo recriminando a muchos sindicatos agrarios la casi persecución que están haciendo al sector particular, amenazando con denuncias, arengando a los agricultores contra ellos, dando teléfonos para que el empresario sea denunciado.
No es la forma. Se les está suponiendo, por anticipado, que van a incumplir la ley. Esperen primero a que la incumplan y luego, como a todos, que se les aplique la ley, pero amenazar aunque sea de forma velada, y de antemano, no es de recibo.
¿Qué le queda al empresario para defenderse? El precio de la uva, quizá el descontar por un lado lo que les cuesta por otro. Y si hacen esto, que no lo sé, seguro que también se les echará todo el mundo encima.
Parece que hay una caza de brujas contra el empresario y esto no me gusta, seguro que no es bueno para el sector.
Javier Sánchez migallón Royo 
Manzanares, 01/09/2015

viernes, 15 de mayo de 2015

Fenavin, importante aunque insuficiente

Estamos inmersos en la que, sin lugar a dudas, es la feria más importante del vino embotellado en España y que ha logrado, por méritos propios, hacerse un hueco en primera línea entre las principales ferias en el ámbito mundial de los vinos.
¿Cuál es el éxito de FENAVIN? A mi modo de ver reúne varias circunstancias. La primera es que se trata de una feria en la que se puede vender. Traer por parte de la organización compradores de todo el mundo la hace interesante para todas las bodegas. La posibilidad de venta es real, tangible, tus vinos van a ser vistos por cientos de posibles compradores de todo el mundo en apenas tres días y eso, si no es en una feria de este tipo, es imposible.
El túnel del vino es, sin duda, un logro importante. El comprador cata los vinos que le interesan y cuando baja a la feria sabe a dónde y a por qué debe dirigirse; el vino ya lo ha probado, ahora solo le resta negociar los que son de su agrado.
Como pega a la feria, que no todo van a ser halagos, el lugar de celebración. Y más importante aún la falta de cuidado al profesional que viene a comprar vino, sobre todo en el túnel del vino. Ya lo he referido en alguna ocasión: no se puede consentir que un comprador japonés, chino, indio, ruso o de donde sea, tenga que hacer cola de más de una hora para pasar al túnel del vino. Más cuando ese túnel está ocupado en más de un 90% por gente ajena al vino, que ha ido solamente a catar gratuitamente los vinos que pueda aguantar el cuerpo. El comprador debe tener acceso directo y rápido y se debe seleccionar que, al menos los días dedicados a los profesionales, quien entre al túnel sea realmente un profesional del vino.
Pero, volviendo al título de este artículo, ya hemos visto, a grandes rasgos que FENAVIN es importante para el vino, pero ¿por qué insuficiente?
FENAVIN es importante ya que muestra nuestros vinos al resto del mundo, pero es insuficiente ya que el mundo del vino necesita más, mucho más.
Este año hemos sido los mayores exportadores del mundo, por delante de Francia e Italia. En cuanto a cantidad de cosecha, el año pasado fuimos también los primeros del mundo, y nuestro potencial de cosecha nos hará, en años sucesivos, ser la mayoría de los años, los primeros productores mundiales.
Sin embargo, entre los tres países más productores, España, Francia e Italia, España es la que exporta más, pero a menor precio, con un diferencial importante respecto a los precios que vende Francia e Italia (Muchas veces nuestro mismo vino, que compran barato en España y venden caro al resto del mundo, siendo muchas veces nuestra competencia con nuestros propios vinos).
Y si nos comparamos con estos dos países lo que ya es casi de risa es que Francia consume, aproximadamente, 45 litros per cápita al año, Italia unos 37 y España 16. Mayor productor, mayor exportador, menor consumidor. Para que se hagan una idea, en estos momentos podemos tener cosechas de unos 45 millones de hectólitros y en España no se llegan a consumir ni 10 millones.
Por eso hay que pedir a las distintas administraciones, empezando por Europa, que es quien tiene mayor mando en las actuaciones con el vino, que la promoción, la difusión de nuestra cultura, de nuestra historia, en el vino, se debe potenciar tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Aunque sea una frase hecha, es cierta, en estos momentos España tiene los mejores vinos de su historia y a unos precios sin competencia. En Fenavin lo podemos comprobar. Ahora nos queda la asignatura pendiente de hacer que nuestro vino, bueno, sano, natural, como ningún otro, sea bebido por nuestra juventud, por nuestras gentes, como alimento sano y natural de la dieta mediterránea. Lograrlo es realmente la siguiente meta que nos debemos trazar en este mundo del vino.


viernes, 8 de mayo de 2015

Las calorías del vino, en la etiqueta

Era de esperar que no se aprobasen, por parte de la Unión Europea, las propuestas sobre la promoción de los vinos, entre otras cosas.


Javier Sánchez-Migallón
Javier Sánchez-Migallón
Director El Correo del Vino
Era lógico. Aparte de que los países productores se negarían de plano a estas modificaciones, habría que modificar la OCM del vino, consensuada y aprobada. Por tanto, la promoción de los vinos continúa igual, sin modificaciones.
Sin embargo, no todo ha sido bueno y se ha solicitado a la comisión que para el próximo año elabore un reglamento sobre etiquetado, para que se reflejen datos como las calorías que contiene, además de advertencias para que no lo consuman embarazadas, así como evitar su consumo si se va a conducir.
Todas ese etiquetado se podría eliminar y poner, simplemente, la recomendación que hay actualmente: “tomar el vino con moderación, como bebida sana, natural y alimenticia”. Si se toma con moderación y responsabilidad, no habría problema a la hora de conducir, de estar embarazada o dentro de la dieta de cada persona.
Una copa de vino tiene alrededor de 59 calorías, lo que no es una cantidad ni exagerada ni alarmante. Pero, si en lugar de una copa te tomas cinco, la cosa cambia. De todas formas, en cualquier dieta te dicen que tomes, por ejemplo, 100 gramos de pan, si te tomas quinientos, la cosa vuelve a cambiar. Hay que fomentar que el vino se tome siempre con responsabilidad y moderación, con eso se terminan todos los problemas.
No cabe duda de una cosa y es que esto nunca ayuda ni fomenta el consumo; siempre resta, nunca suma.
Quiero comentarles algo también de la cosecha que ya asoma en toda España. La muestra viene normal, tampoco exagerada, su desarrollo normal. Aclarar el peligro cierto ya en zonas del norte de España donde ha llovido bastante, y ya se han visto en las zonas más adelantadas alguna mancha de mildiu, como en alguna zona de Galicia y del Bierzo. No obstante son zonas acostumbradas y que tratan los viñedos convenientemente para atajarlo.
En el resto de España no hay grandes problemas. En primer lugar por llover menos y en segundo porque el ascenso radical de las temperaturas donde se han superado los treinta grados en muchas zonas del levante, centro y sur de España. Es el mejor medicamento contra las enfermedades criptogámicas, si bien es verdad que no podemos darnos por salvados ya que queda mayo y junio donde puede llover y acompañarse de un natural descenso de estas extremas temperaturas y que nos puedan atacar. Hay que seguir pendientes.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Datos mundiales de vino y viñedos, preocupantes

La OIV ha dado los datos de vino y viñedos a nivel mundial. Como dato curioso, China se ha convertido en el segundo país del mundo en extensión de viñedos tras España, con 800.000 hectáreas.


A principio de esta semana la OIV nos ha dado unos datos que, cuanto menos, merece la pena ser comentados ya que pueden ser preocupantes. Pero los datos son necesarios y nos pueden, nos deben, servir para trazar estrategias de futuro, ante un mercado que puede estar cambiando casi sin darnos cuenta ante nuestras narices.
China supera ya a Francia e Italia en cuanto a superficie plantada, con la friolera de 800.000 hectáreas, solo es superada en el mundo por España con 1,05 millones. Pero al paso que va, en muy poco tiempo China será la primera en plantación y quién sabe si, a medio plazo, en producción. Puede convertirse en un mercado importador a extinguir o, incluso, como en otros sectores, convertirse en exportador.
En cuanto a plantación crece también de forma considerable el cono sur, principal competencia de Europa.
La producción mundial de vino se ubica en una buena media (279 Mill. hl), tras los importantes volúmenes de 2013 (291 Mill. hl), estabilizándose, pero, aunque no tengo todos los datos, estimo que crece en volumen si tomamos la media de los últimos 10 años, ya que la superficie plantada también se ha incrementado ( 7554 mha, + 8 mha).
 El consumo mundial de vino en 2014, estimado en 240 Mill. hl, registra una ligera disminución de 2,4 Mill. hl respecto a 2013, en un contexto global de estabilización desde 2009.
El consumo mundial desciende ligeramente y se sitúa en 240 millones de hl. Si estamos produciendo 279, el desfase está más que claro. No se aclara si es vino más mosto tanto en un dato como en otro, lo que puede variar el diagnóstico.
En 2014, los intercambios mundiales de vino han retomado su aumento en volumen (104 Mill. hl, +2 %), para llegar a un valor estable de 26.000 Mill. €.
Aumenta el volumen de exportaciones e importaciones, pero se mantiene el valor de los mismos, por lo que el precio medio baja al haber más volumen al mismo precio.
En cuanto al hemisferio sur, ya es sabido que las estimaciones de vendimia para este 2015 eran a la baja, y se confirma el dato.
Con todos estos datos que a grandes rasgos les he puesto deberíamos reflexionar (en la página oficial de la OIV pueden descargarse todos los datos).
El mundo está en continuo cambio y movimiento. China, puede inundar el mercado de vinos a granel. Y también es muy preocupante, para España y Europa en general. El aumento que está teniendo el hemisferio sur, ya que China, de momento al menos, no es competencia para nuestros vinos embotellados en el ámbito mundial, es un dato a tener en cuenta, ya que países como Australia, Nueva Zelanda, Chile o Argentina son grandes competidores, que cada año nos recortan cuota de mercado.
Es momento de actuar y tomar decisiones, no dormirse en los laureles ya que la lucha por el consumidor mundial está servida y hay muchos que tienen las espadas afiladas.


Javier Sánchez-Migallón
Javier Sánchez-Migallón
Director El Correo del Vino


viernes, 24 de abril de 2015

Echar la culpa a los demás


En estos últimos días salen múltiples comentarios, entrevista, artículos con los preparativos de la feria de vinos FENAVIN, multitud de entendidos y gente del vino son entrevistados para dar su opinión y comentar sus experiencias o ideas que tienen sobre el vino.
Veo varios comentarios negativos a la gente, al consumidor, y esto me ha llevado a pensar que quizá nos estemos mirando demasiado nuestro propio ombligo. Vemos la paja en ojo ajeno, creyéndonos en en posesión de la verdad, sin estudiar detenidamente el entorno, cuando, tal vez, los primeros culpables seamos nosotros mismos.
Hace falta educación, hay que enseñar, el consumidor necesita evolucionar. Perdemos consumidores a diario. Vemos que en el resto del mundo el consumo crece, que países como Dinamarca, Irlanda o Bélgica consumen más vino per cápita que nosotros.
Y para que el consumo no muera la educación es fundamental. Al igual que antes de regalar un libro hay que enseñar a leer al que vaya dirigido el regalo para no acabe adornando una librería o compensando la pata coja de una mesa. Pero no me refiero a enseñar en materia de doctorado, no. Hay que expresar las bondades: una bebida sana  que es cultura, tradición e historia; que sólo tiene que gustar a quien lo pruebe, no hay que ir más allá, es una bebida agradable y alimento natural de la dieta mediterránea.
Sin embargo, en muchas de las etiquetas de esos vinos nos empeñamos en describir colores, aromas y sabores, cuando el común de los mortales, a la hora de probar ese vino puede hacer normalmente dos cosas: bebérselo sin hacerle caso para decir si le gusta o no; o bebérselo, mientras lee las descripciones sin sacar el aroma a monte bajo, ni el sabor a cuero viejo. Palabras que le suelen producir una sonrisa o el desencanto por el vino. Y es que en lugar de allanar, muchas veces parece que le ponemos piedras en las ruedas a la gente para que no avance.
Nos empeñamos en decirles, en dirigirles hacia lo que está bueno o no está bueno y parece que si un vino es fácil de beber y gusta, es que no es un entendido. Volvemos a echar la culpa a los demás. Si le gusta ese vino, ese es y no otro el que hay que proporcionarle. Una cerveza es menos complicada, por decirlo de alguna manera, y estando fresquita y teniendo un sabor agradable basta. Sin todas las complicaciones que tiene o queremos ponerle al vino.

 Volvamos a analizar los consumos y a los consumidores, ver qué vinos les gustan. Tenemos la gran suerte de poder hacer de todos: vinos contundentes, tintos con crianza, cuerpo y graduación, vinos jóvenes, afrutados, de baja graduación alcohólica. Ahora está muy de moda en el mundo entero los espumosos. ¿No creen que un buen espumoso, fresco, sin excesiva graduación, le puede hacer la competencia a la cerveza? Yo sinceramente creo que sí. Pero aquí parece que seguimos empeñados en utilizarlo para la Navidad o alguna otras celebración.
Analicemos al consumidor sin culparlo. Debemos ver qué le gusta y ofrecérselo. Ese, sin duda, es el camino.
 Javier Sánchez Migallon Royo. 24/04/2015



Estos artículo que escribo admiten comentarios en la página web de el correo del vino. Desde hoy pondremos algunos de ellos, y les animo a comentarlo a todos para saber lo que opinamos de ellos.
¨ Es una opinión compartida, de hecho llevo diciendo eso mismo desde hace varios años. La cerveza vende momentos, el futbol, la playa, la sed.... el vino el producto, en la mayoría de los casos de forma sesuda y absurda, en muchos casos roza el elitismo, en muchos vinos que no deben serlo. Para muchos jóvenes enfrentarse a una botella de vino es casi como el examen de selectividad...la viña, la fruta, la madera de este o aquel tostado u origen, que si los puntos, que si el enólogo...ahora encima seguimos con lo bio, ecológico, la luna y el sol, venga hombre, que se trata de acompañar una comida, cena o ver la tele...entre otras cosas.
¨ Los productores de vinos espumosos han hecho anuncios para convencer al consumidor que es producto para Navidad, como el turrón…
¨ Pues si... Al lado de personal serio y entendido (seguramente no tantos) hay mucha tontunez de snob y al final uno se tira para atrás a la hora de pedir un vino, porque te da miedo quedar como un patán si no sabes cuál marida exactamente con los canutillos de salmón marinado rellenos de mousse de queso de Cabrales en cesta crujiente que te has pedido de segundo. Ante la duda... el 99 %: otra cerveza... y como empiecen también con la cerveza con que si las lager, que si las lambic, que si las porter, que si la maduración, que si el giste (oiga... que ya han pillao la linde algunos)... acabaremos la mayoría enganchaos al refresco de cola, que esos si se saben vender sin distinguir ni de calidades ni de matices y lo mismo da que te la tomes en China que en Chengdu que en Wichita y con una pierna de cabrito que con una chess-burger

viernes, 17 de abril de 2015

Como cada año, vuelven


Esta vez amenazan con la etiqueta sanitaria y con quitar la promoción del vino
Cada año vuelven las cigüeñas, ya decía Bécquer “volverán las oscuras golondrinas”. Y, como cada año, los políticos de Bruselas vuelven con alguna amenaza contra el vino. No sé qué extraña inquina nos tienen en algunos sectores europeos.
Este año han tocado varios asuntos. Uno de ellos, el intento de eliminar la cofinanciación a la promoción del vino. Estas ayudas beneficia principalmente a las grandes empresas, pero no es menos cierto que hay decenas o centenas de pequeñas bodegas que también se benefician de ellas, y, es más, quizá estas pequeñas empresas no podrían acudir a Japón, China o Estados Unidos, si no fuera por dicha promoción económica. Anular  esta posibilidad creo que afectaría menos a las grandes empresas, y sin embargo dejaría a muchas otras en la estacada ante la imposibilidad de promocionar sus vinos fuera.
Por tanto, es seguro, de una u otra forma, que afectaría negativamente al vino y su mercado.
Pasamos a la segunda “idea genial” y es que no sé a qué político europeo lumbreras, seguro que no es bebedor de vino, se le ha ocurrido poner una “etiqueta sanitaria” al vino. Más o menos, como en el tabaco. No hablan, no lo he oído al menos, de ponérselo al whisky, al ron o al vodka. No. Al vino. Saltándose que, al menos en España, el vino es un alimento de la dieta mediterránea. Tenemos, por ejemplo, a Argentina que nombra el vino bebida nacional, y luego tenemos a un europeo que quiere que pongamos una etiqueta sanitaria al vino.
Sería, sin lugar a dudas, la puntilla al sector. Matar el poco consumo que nos queda y la terminación de esta nuestra cultura histórica del vino.
Sé positivamente que no se va a llevar a cabo, sería una locura descabellada que países como Francia, Italia o España estuvieran a favor de esta reforma. Es más, nuestra consejera de agricultura de Castilla La Mancha ya ha declarado su total y clara oposición a ello. Pero el caso no es que se lleve a cabo o no, es que periódicamente haya quien, incomprensiblemente, salga desde Europa con estas noticias o propuestas que no hacen sino perjudicar al vino. Les aseguro que, se haga o no,esta noticia no ha dado ni un solo consumidor nuevo y quizá haya quitado a más de uno. El año pasado, si lo recuerdan, amenazaron con la imposición de un impuesto al vino. Así año tras año, intentan perjudicar, no sé por qué, a nuestro sector.
Seguro que, como digo antes, es gente no bebedora de vino y por tanto amargados. Personas que no saben ni conocen cuáles pueden ser los momentos buenos de la vida, que no reconocen ni nuestra cultura ni nuestra historia.
Termino, comentándoles a grandes rasgos de la nueva legislación, publicada ya, referente a la plantación de viñedos nuevos. Se publicó el viernes pasado, y quien recibe El Correo del Vino Diario lo recibió íntegro en su correo electrónico. Resumiendo, desde el 1 de enero de 2.016, las nuevas plantaciones serán competencia de cada país miembro que podrá autorizar y otorgar derechas de plantación, gratuitamente, si estima oportuno y necesario estas plantaciones, sin que puedan superar, cada año, el 1% del total de hectáreas plantadas.


lunes, 13 de abril de 2015

Comienza la Brotación




Se abren yemas y esperanzas. En algunos sitios la brotación ya es un hecho, en otros aún queda algo y en las zonas de más producción está empezando ahora. En pocos días nos dirá qué trae.
Podemos considerarla una brotación prácticamente normal en cuanto al tiempo se refiere, quizá un pelín adelantada, por pocos días. Las viñas viejas, las más fuertes, están aún hinchando sus yemas, el resto ya abren sus incipientes hojas entre la pelusa de estas yemas. A modo de curiosidad les pongo, aunque muchos de ustedes ya lo sabrán, una completísima selección de estos estadios:

Estadios Fenológicos de la vid :
  • 0. Brotación
  • 0.0 - Letargo: las yemas de invierno, de puntiagudas a redondeadas, marrón brillante u oscuro según la variedad; escamas de las yemas cerradas, de acuerdo con la variedad
  • 0.1 - Comienzo del hinchado de las yemas; los botones empiezan a hincharse dentro de las escamas
  • 0.3 - Fin del hinchado de las yemas: yemas, hinchadas, pero no verdes
  • 0.5 - "Estadio lanoso"; lana marrón, claramente visible
  • 0.7 - Comienzo de la apertura de las yemas: ápices foliares verdes, apenas visibles
  • 0.9 - Apertura de las yemas: ápices foliares claramente visibles
  • 1. Desarrollo de las hojas
  • 1.1 - Primera hoja, desplegada y fuera del brote
  • 1.2 - 2 hojas, desplegadas
  • 1.3 - 3 hojas, desplegadas
  • 1.n - n hojas desplegadas
  • 5. Aparición del órgano floral
  • 5.3 - Inflorescencias claramente visibles
  • 5.5 - Inflorescencias hinchándose; las flores apretadas entre sí
  • 5.7 - Inflorescencias desarrolladas completamente; flores separándose
  • 6. Floración
  • 6.0 - Los primeros capuchones florales, separados del receptáculo
  • 6.1 - Comienzo de la floración: alrededor de 10 % de capuchones caídos
  • 6.2 - Alrededor de 20 % de capuchones caídos
  • 6.3 - Floración temprana: alrededor de 30 % de capuchones caídos
  • 6.4 - Alrededor de 40 % de capuchones caídos
  • 6.5 - Plena floración: alrededor de 50 % de capuchones caídos
  • 6.6 - Alrededor de 60 % de capuchones caídos
  • 6.7 - Alrededor de 70 % de capuchones caídos
  • 6.8 - Alrededor de 80 % de capuchones caídos
  • 6.9 - Fin de la floración
  • 7. Formación del fruto
  • 7.1 - Cuajado de frutos; los frutos jóvenes comienzan a hincharse; los restos florales perdidos
  • 7.3 - Bayas del tamaño de un perdigón
  • 7.5 - Bayas de tamaño guisante
  • 7.7 - Las bayas comienzan a tocarse
  • 7.9 - Todas las bayas de un racimo se tocan
  • 8. Maduración de frutos
  • 8.1 - Comienzo de la maduración; las bayas comienzan a brillar
  • 8.3 - Las bayas, brillantes
  • 8.5 - Ablandamiento de las bayas
  • 8.9 - Bayas, listas para recolectarse
  • 9. Comienzo del reposo vegetativo
  • 9.1 - Después de la vendimia; fin de la maduración de la madera
  • 9.2 - Comienzo de la decoloración foliar
  • 9.3 - Comienzo de la caída de las hojas
  • 9.5 - Alrededor de 50 % de las hojas caídas
  • 9.7 - Fin de la caída de las hojas

  • (Autor: Carlos José Rubio)

En estos días, saliendo al campo por la zona central, he visto ya hojas, aunque aún sin la aparición de los capuchones florales.

En el Sur ya se ven y parece que la muestra viene buena, aunque no hay que adelantar acontecimientos. Esperemos a que brote más o menos en todos sitios y podamos hacer una evaluación de muestra, que no es lo mismo que cosecha. Hasta que la uva entre al lagar aún queda mucho por pasar, como vulgarmente se dice, tiene que pasar muchas noches a la intemperie y le pueden ocurrir innumerables cosas, buenas o malas. Pero saber lo que nos  trae, el potencial, lo que puede llegar a ser siempre es importante, de donde no hay no se puede sacar. Aunque muchas veces no sabemos lo que es mejor.

La climatología parece que viene benigna y en los quince siguientes días los pronósticos nos dan algo de lluvia, que es bueno, y no da riesgo de heladas, que también lo es. Por tanto, nos metemos ya a 25 de abril sin que los pronósticos señalen riesgos importantes de heladas. Nos quedarían por tanto otros quince días, más o menos, para escaparnos de ese riesgo en la zona centro, menos tiempo en el oeste y el sur, y algunos días más en el norte. Luego habrá que mirar las enfermedades criptogámicas, el tiempo en mayo, etc.

En fin, lo de todos los años, siempre hay algo que lamentar en una u otra zona, siempre se salva la mayoría, también es cierto. Pero son estos días de intranquilidad, de nerviosismo, de no saber si comprar o vender el vino por si me equivoco, de estar atentos al cielo y a los pronósticos. Y aunque sea así, creo que en el fondo a todos nos gusta que llegue este periodo. Se abren yemas, las hojas se desperezan y comienzan a crecer; también los racimos, tersos, apuntan al cielo. Se nos abre la esperanza y la ilusión de una nueva campaña, llena de nuevas posibilidades. Es bonito ¿no creen?