viernes, 26 de febrero de 2016

Gurús, Concursos, Consumidor


Es curioso, pero si nos fijamos muchas veces cada uno de estos tres segmentos, por llamarlo de alguna manera, del vino, van por derroteros totalmente diferentes. Ante ello surge la pregunta ¿Quién lleva razón? O ¿Quién verdaderamente acierta? ¿Será siempre el consumidor, que al fin y al cabo es quién paga?
Viendo, como ahora están saliendo, los concursos por doquier, los resultados de ellos, en primer lugar hay que hacer notar que, siendo el mismo vino, el resultado suele ser desigual ya que raramente por no decir nunca, coinciden.
Por otro lado tenemos las célebres puntuaciones que los gurús del vino otorgan a los vinos. Y estamos asistiendo en estos días a un casi desenfreno, al haberse otorgado a tres vinos españoles el premio a los  tres mejores vinos del mundo en relación calidad precio, la compra desenfrenada de estos vinos, por parte de quien “se deja aconsejar” por estos gurús.
Curiosamente podemos ver como ninguno de estos tres vinos ha ganado si no recuerdo mal, ningún concurso de vinos, como destacado. Hoy día saben que medalla de oro pueden ser muchos vinos en un mismo concurso, al superar la puntuación especificada en el concurso. Pero también es verdad que ninguno tiene un oro absoluto
Tampoco suelen ser de los más vendidos, a no ser a raíz de nombrarlos y salir en todos los medios como los mejores del mundo. Lo que quiere decir, que de antemano, no son los más adquiridos por el consumidor.
¿Realmente son los mejores del mundo?  Podría ser un segundo titular de este artículo.
La verdad es que esto es tan subjetivo, como que si se pusieran veinte vinos, por ejemplo, y se le diera a catar en cata ciega a los más expertos gurús, dudo que todos se decantaran por el mismo vino, y es que, como reza el refrán, para gustos, los colores….
Siguiendo con nuestro rico refranero, cada maestrillo tiene su librillo, y lo que a mí me encanta, a ti te puede parecer simplemente bueno. No cabe duda que de los vinos que hablamos, son grandes vinos, de calidad contrastada, eso no se pone en duda.
Me quiero referir al escribir este artículo que, como digo siempre, el mejor vino es el que a cada uno en el momento nos gusta más, hablando de consumidor llano, el vino que te guste es el mejor vino. Luego, como me refería hace un par de semanas en otro artículo, muchos catadores pueden estar demasiado encorsetados en un tipo de vino concreto, y si llega otro que no es de su opinión, normalmente al “desviarse” de lo “normal”, no es válido, cuando simplemente tiene otro criterio a la hora de valorar un vino. Y es que ya estamos acostumbrados a ver cómo cambian las modas en esto del vino. Y lo que antes podía ser tendencia en vinos con grado, luego es con poco grado, y los crianzas con mucha madera, que sepan a barrica, pasan a que tanta madera no es buena, que deben saber a vino, no a barrica, en fin que las modas, gustos y tendencias cambian.

Así las cosas, me decanto por el consumidor, que al cabo es quien paga y consume, y a ellos se debería de hacer más caso y quizá menos a los gurús y a los premios de concursos, demasiado escorado a los gustos de unas personas, grandes entendedoras de vinos, pero muchas veces, inamovibles en sus gustos demasiado estrictos.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Modernizar el mundo del vino

Modernizar  el mundo del vino
Hace unos días leímos un artículo en donde se informaba que iba a haber una reunión de enólogos y catadores para unificar criterios en cuanto a la nomenclatura y adjetivos que se deberían usar en las catas de vinos, para que todos califiquen con los mismos o parecidos términos todos los vinos a la hora de catarlos, se supone que ante un público, o a la hora de escribir una ficha de cata.

No es mala idea, al menos a mí no me lo parece, unificar criterios siempre es bueno, más de cara al público, al neófito o al entendido. Y, de paso, eliminar algunas referencias que puedan sonar a cursis, casi a pedantes en algunas ocasiones, afortunadamente cada vez menos, ya que hemos tenido que oir y leer calificaciones de características, aromas, sabores de vino que mejor no ponerlas ya que no se trata este de un artículo para reírse, y menos para descalificar algo tan hermoso como es el vino y su mundo.
Quizá precisamente por eso, que ya digo que tiende a desaparecer, hayamos creado en torno al vino ese halo de misterio, de sapiencia suprema, que asustaba al consumidor, al amante pero no entendido del mundo de los vinos, que era y es incapaz de sacar el aroma o la boca de “cuero de silla de montar inglesa” o de “mantequilla cortada con cuchillo de plata”, como personalmente he oído y leído.

A lo que este artículo se quiere referir, además de lo antes expuesto, es también que habría que unificar, o mejor, lo contrario, separar otro aspecto del mundo de los vinos. Y es que el otro día leía también que en concursos, catas, calificaciones, etc.  Se había estrechado mucho la forma de calificar los vinos. Esto se debía a que más o menos siempre los criterios a calificar son los mismos, hay un estándar de vino sobre el que se tiene que amoldar todo vino. T se hablaba de catadores que se “alejaban” del estándar predefinido y por tanto no valían para catar en concursos, calificaciones, et.
Mi idea es precisamente la contraria, si estamos encasillando un modelo de “vino perfecto”, estamos ciñendo demasiado el mundo del vino, y nunca un vino moderno, diferente, estará “bien visto”, o bien calificado en un concurso. Puede ser que en algunos casos no lo merezca, pero también puede ser que sea una tendencia nueva y se aparte por no amoldarse a los cánones prefijados.
Creo que hay que abrirse, que los encorsamientos, no son buenos, todos sabemos que hay vinos que casi “se hacen” para ser calificados por algún célebre gurú del vino internacional. Con esto estamos logrando hacer un tipo de vino que le gusta a mucha gente quizá, sí, pero que nos encierra en un círculo cada vez más pequeño.
El mundo del vino hay que abrirlo, modernizarlo, dejarlo expresar a su manera y que sea el consumidor quien juzgue, no caigamos en el ya viejo caso de tener que decir al que lo bebe, lo que debe de beber, lo que es bueno y lo que no. Esta postura la tenemos desde hace mucho tiempo y no funciona, a la vista está.
Más ahora, que vemos con alegría que el consumo de vinos aumenta en España, si de verdad está despegando, es cuando tenemos la oportunidad de abrir puertas y ventanas y que entre el aire fresco en nuestro, a veces anquilosado sector.

Manzanares, 9 de febrero de 2016