Es curioso, pero si nos fijamos muchas
veces cada uno de estos tres segmentos, por llamarlo de alguna manera, del
vino, van por derroteros totalmente diferentes. Ante ello surge la pregunta
¿Quién lleva razón? O ¿Quién verdaderamente acierta? ¿Será siempre el
consumidor, que al fin y al cabo es quién paga?
Viendo, como ahora están saliendo, los
concursos por doquier, los resultados de ellos, en primer lugar hay que hacer
notar que, siendo el mismo vino, el resultado suele ser desigual ya que raramente
por no decir nunca, coinciden.
Por otro lado tenemos las célebres puntuaciones que los gurús del vino otorgan a los vinos. Y estamos asistiendo en estos días a un casi desenfreno, al haberse otorgado a tres vinos españoles el premio a los tres mejores vinos del mundo en relación calidad precio, la compra desenfrenada de estos vinos, por parte de quien “se deja aconsejar” por estos gurús.
Por otro lado tenemos las célebres puntuaciones que los gurús del vino otorgan a los vinos. Y estamos asistiendo en estos días a un casi desenfreno, al haberse otorgado a tres vinos españoles el premio a los tres mejores vinos del mundo en relación calidad precio, la compra desenfrenada de estos vinos, por parte de quien “se deja aconsejar” por estos gurús.
Curiosamente podemos ver como ninguno de estos
tres vinos ha ganado si no recuerdo mal, ningún concurso de vinos, como
destacado. Hoy día saben que medalla de oro pueden ser muchos vinos en un mismo
concurso, al superar la puntuación especificada en el concurso. Pero también es
verdad que ninguno tiene un oro absoluto
Tampoco suelen ser de los más vendidos, a no
ser a raíz de nombrarlos y salir en todos los medios como los mejores del
mundo. Lo que quiere decir, que de antemano, no son los más adquiridos por el
consumidor.
¿Realmente son los mejores del mundo? Podría ser un segundo titular de este
artículo.
La verdad es que esto es tan subjetivo, como
que si se pusieran veinte vinos, por ejemplo, y se le diera a catar en cata ciega
a los más expertos gurús, dudo que todos se decantaran por el mismo vino, y es
que, como reza el refrán, para gustos, los colores….
Siguiendo con nuestro rico refranero, cada
maestrillo tiene su librillo, y lo que a mí me encanta, a ti te puede parecer
simplemente bueno. No cabe duda que de los vinos que hablamos, son grandes
vinos, de calidad contrastada, eso no se pone en duda.
Me quiero referir al escribir este artículo
que, como digo siempre, el mejor vino es el que a cada uno en el momento nos
gusta más, hablando de consumidor llano, el vino que te guste es el mejor vino.
Luego, como me refería hace un par de semanas en otro artículo, muchos
catadores pueden estar demasiado encorsetados en un tipo de vino concreto, y si
llega otro que no es de su opinión, normalmente al “desviarse” de lo “normal”,
no es válido, cuando simplemente tiene otro criterio a la hora de valorar un
vino. Y es que ya estamos acostumbrados a ver cómo cambian las modas en esto
del vino. Y lo que antes podía ser tendencia en vinos con grado, luego es con
poco grado, y los crianzas con mucha madera, que sepan a barrica, pasan a que
tanta madera no es buena, que deben saber a vino, no a barrica, en fin que las
modas, gustos y tendencias cambian.
Así las cosas, me decanto por el consumidor,
que al cabo es quien paga y consume, y a ellos se debería de hacer más caso y
quizá menos a los gurús y a los premios de concursos, demasiado escorado a los
gustos de unas personas, grandes entendedoras de vinos, pero muchas veces,
inamovibles en sus gustos demasiado estrictos.