Poco
a poco los lagares van abriendo y el olor a mosto comienza a inundar los
pueblos de toda nuestra geografía. La verdad es que habrá pocos donde, de una u
otra manera, en mayor o menor cantidad, no se elabore algo de vino.
Sale alguien por la televisión,
radio, prensa o cualquier medio de comunicación, bien sea agricultor,
sindicalista o político. Le preguntan por la cosecha y las próximas vendimias.
Siempre, siempre, el comentario es el mismo o parecido, calidad: Muy buena,
excelente. Claro, no me imagino la que se le vendría encima al político de
turno si en televisión saliera diciendo que la calidad que viene este año es
mala o muy mala… Tendría que dimitir al día siguiente.
Varían diciendo que viene sana. De
acuerdo, pero si a continuación dicen que la merma es considerable debido a la
sequía tan tremenda que sufren algunos campos, nos debemos imaginar que en ese
secano la calidad ya no es tan buena. La uva llegará sana en el aspecto de que
no tiene enfermedades de hongos, pudrición, etc. Pero normalmente llegará al
lagar una uva pequeña, quemada, sin caldo ni rendimiento y cuyo grado de
maduración dejará mucho que desear, grado desigual, et. Etc. Sana, sí, pero con
una calidad que dejará mucho que desear. Los enólogos me darán la razón por la
dificultad de elaborar el mosto procedente de esas uvas, a no ser que se mezcle
con uvas de regadío que compensen, en algo, que no en todo, algunos defectos de
la primera. Y el comprador de uva que tiene que pagar una uva que no le va a
dar rendimiento a precio como de buena cuando, como se dice normalmente, se
está comprando orujo más que uva. Eso sí, les aseguro que esos futuros vinos,
en su momento serán excelentes.
Menos mal que la experiencia y buen
saber de los enólogos españoles corregirán esos defectos, dentro de lo posible
y al máximo, para conseguir el mejor vino posible que se pueda sacar con el
producto que les llega.
Pero ya les digo, este “postureo” es
normal y lógico, no me lo imagino de otra manera.
Luego pasamos, como les comentaba la
semana pasada y no me extenderé más en esta, a la sección de cosecha.
Totalmente variable y cambiante en unción de quien lo diga. En eso estamos y en
eso seguimos, y me quedo con la boca abierta cuando alegremente ponen y quitan
millón es de hectólitros como quien pone y quita piezas de un castillo de
juguete.
Y pasamos al tema precio, tema más
serio, bastante más ya que de él depende la economía, por un lado de miles de
agricultores y por otro de las empresas, bodegas y elaboradores, sustento, unos
y otros del sector. Aquí ya comienza el tira y afloja normal en toda
negociación donde unos pretenden el máximo precio posible y los otros el
contrario. Aquí salen algunos, que no tienen prácticamente nada que ver, que
han estado callados casi todo el año y ahora sí, ahora claman y reclaman un
precio siempre al alza, mientras por otro lado se esgrime todo lo contrario
para hacerlo a la baja. El precio depende mucho, por un lado del precio que
tenga el vino en el momento de poner el de la uva, cosa que nunca he entendido
bien, ya que el vino viejo puede tener un precio que cambie totalmente en
función de la nueva cosecha, tanto al alza como a la baja. Y luego también, la
cantidad de cosecha que se prevea, unido a otros condicionantes que hay que
tomar en cuenta como mercados exteriores, producción de otros países,
existencias, etc., etc.
¿Qué se habla de precio de uva en
estos momentos? Pues la verdad, aunque no me gusta predecir, ya que la
equivocación es fácil, si me atrevo a poner lo que es el comentario general del
mercado, yo, que hablo con mucha gente, voy recogiendo opiniones e impresiones
de uno y otro lado y si les puedo decir que lo que se comenta, en función de
que la cosecha varíe por la sequía en más o menos, es un precio de continuidad,
muy parecido, sino igual al del año pasado, que pueda variar algún céntimo
arriba o abajo, como digo, en función del desarrollo climatológico que pueda
tener de aquí a que comience la vendimia las viñas.
Y pronto lo sabremos, debido a la
obligatoriedad de poner precio antes de comenzar a recepcionar la uva. Se lo
contaremos…
Manzanares, 23 de agosto de 2016