miércoles, 18 de febrero de 2015

Aclarando lo de las calidades de los vinos…



Indudablemente tenemos un año en el que la calidad de los vinos es buena, en algunos casos, excelente, diría yo. Sin embargo hay quien no opina igual, y tiene su explicación razonable.
Quizá de primera impresión se extrañen ustedes a la hora de leer lo que anteriormente digo. O quizá piensen que aunque todo o casi todo sea excelente, siempre habrá algo que baje de calidad, cosa que es totalmente normal. Les cuento un poco la historia:
Si me van siguiendo semanalmente en mis artículos, desde vendimias, vengo diciendo, ilusionado, que este año la uva vino en perfectas condiciones sanitarias, buena maduración, y que lo lógico y normal es que los vinos fueran muy buenos. Cuando fui catando los resultados, solamente confirmaban las primeras impresiones, vinos buenos, blancos afrutados como hacía tiempo, tintos equilibrados, con recorrido… En fin, que todo hace pensar que tenemos una calidad excepcional. Y así lo he venido informando, en la firme creencia de que es así.
Efectivamente yo me reitero en mis primeras y segundas impresiones, tenemos una añada de calidad excepcional. Unos embotellados muy buenos y creo que los vinos de guarda para crianzas y reservas, saldrán con una calidad que se recordará.
Sin embargo más de una persona me ha dicho que no es oro todo lo que reluce, y que, en graneles, a veces les llegan vinos que si bien no podemos tratar de malos, tampoco lo podemos calificar como excelentes, ni siquiera buenos. Indagando en esta circunstancia y probando esos vinos, efectivamente hay algunos vinos, que si bien, como digo no son malos, tampoco son nada del otro mundo. Tintos con poco color, con poco cuerpo. Blancos algo insípidos. La respuesta es fácil, y yo lo achaco a dos circunstancias:
La primera es que hay quien está mezclando los vinos de la campaña pasada, con los de esta, bajando por tanto la calidad. Esto es fácilmente demostrable mediante analítica del glucónico, ya que los vinos nuevos no tienen, y si en análisis da, como está dando en algunos casos, glucónico, es señal de que se están mezclando, es en cierto modo lógico, hay que ir sacando todo el vino.
Otra circunstancia que me preocupa más, es que vinos sin mezcla no dan la talla y es debido a las sobreproducciones. Efectivamente son vinos de producciones por hectárea muy elevadas, claro esos tintos, por ejemplo, no tienen color, ni cuerpo, y la calidad baja enormemente, una viña nueva que da producciones de más de 15 kilos por cepa, no podemos esperar que nos de kilos, grado, color y calidad, es totalmente normal que aquí bajen calidades. Y está sucediendo que en el ámbito de los graneles más baratos, cueste trabajo encontrar más de 5 o 6 puntos de color, y que el vino tenga una calidad mínima aceptable.
Esto nos hace confirmarnos en que la uva hay que pagarla por calidad, no por grado. Y que las sobreproducciones hay que diferenciarlas de los demás vinos, vendiendo más barato o que sean para mostos, alcoholes, o lo que sea, pero que no estropeen los mercados por su baja calidad.
Es por eso que este año tenemos dos calidades más que diferenciadas, tenemos unos vinos excepcionales, que, efectivamente, serán reconocidos por ello, pero también tenemos otros no tan buenos.

Este extremo es cierto y hay muchos compradores que me lo han comentado, por eso quiero hacer está aclaración, para que no nos lleve a equívocos, ya que es una pena que una gran añada, se vea empañada por estos vinos que no tienen nada que ver con los otros.

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