martes, 17 de febrero de 2015

El Chef David Muñoz pretende revolucionar el vino en DiverXO


A lo largo de los años, quien me sigue, habrá podido leerme al decir, que con tal que se consuma vino, se haga de la manera que sea, vino, sangría, vino de verano, vermut, o con gaseosa, depende de la circunstancia y el gusto, defiendo siempre el consumo moderado del vino en cualquiera de sus formas.
Partiendo de esto y haciendo esta salvedad, me llama la atención lo expresado por uno de nuestros más premiados y reconocidos chefs, David Muñoz, tres estrellas Michelin, en su restaurante diverXO de Madrid.
Y es que, al ser un revolucionario de la cocina, pretende también, en su restaurante, revolucionar el vino y nos hace propuestas, cuando menos, atrevidas. No sé cómo sentará a los clásicos del vino y a quien sea enamorado del vino tal cual.
Así nos propone beber vino en pajita, con cucharilla para centrar toda la percepción en la boca, saltando el paso por nariz.
O un vino “aliñado” con aceite de pepitas de uva o esferas de wiski, tomar un priorato en una copa mojada antes con un palo cortado; o un borgoña  aliñado como una margarita con sal de gusano y jalapeños. Unas gotas de calvados sobre la lengua, y un riesling alemán con escamas de sal maldón
Incluso, según pone en el artículo que he leído, referido a esto. Lo servirá en pipetas, en cucharas que el sumiller introducirá directamente en la boca del comensal.
Ya digo que me creo abierto a las nuevas ideas y apoyo el consumo del vino, sea como sea. Y esto lo admito, creo que, personalmente no me sería muy cómodo que el sumiller me metiera directamente una pipeta en la boca para introducirme el vino. Y eso sí, me gustaría tener al lado un buen vino normal y corriente en su botella y copa, para acompañar a la comida, experimentos aparte.
Creo que los más puristas, a los que también les daría parte de razón, dirán, que al igual que la tendencia clara de la buena mesa está en desvirtuar lo menos posible las cualidades de los alimentos, pescados, verduras o carnes, luchando por los alimentos del terreno, frescos y de temporada para sacarles su máxima expresión. Igual podemos decir de los vinos, cada vez gustan más, quizá más internacionalmente que en España, pero es una moda que se va introduciendo, el vino tal cual, sin que la madera sea demasiado profusa, enmascarando el vino e intentando sacarle sus auténticas expresiones varietales, frutales, intrínsecas a su más pura naturaleza. Y si esa es la tendencia, lo que David pretendería, está fuera de contexto.
Quizá como experiencia, la comida de este magistral chef es eso, es una nueva experiencia, que experimente con vino no es malo, que se hable del vino siempre es bueno, la propaganda y publicidad que le está dando al vino es impagable, quizá aún más si se sigue hablando de esto, si lo lleva a cabo y  unos a favor, otros en contra, puede llevarnos a discusiones, polémicas, que, ya digo, siempre son buenas para el vino.
Yo prometo probarlo y comentarlo.
Termino este artículo sin más comentario que el poner uno de los poemas más cortos que existen, es de Juan Ramón Jiménez y escueta y simplemente, dice:

¡No le toques ya más,
que así es la rosa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario