viernes, 11 de marzo de 2016

Distinguir conceptos





En estos días en los que los vinos a granel están tan revueltos, hay que distinguir entre poco vino en las bodegas y poco vino en venta. Que no es lo mismo una cosa y otra
Y quiero comentar esto, y que se me comprenda la intención, que no es otra que aclarar conceptos generales, ya que en estos días oímos frecuentemente la frase: “no hay vino, no queda vino”. Esto puede llevar a la confusión de que la gente se crea que, efectivamente, no hay vino, y que cunda un cierto pánico.
Cómo siempre se ha dicho, vino no ha faltado nunca, ni faltará.
Aclarando cosas, como ya les vengo comentando, hay que empezar diciendo que, efectivamente estamos ante una cosecha corta, que hoy día España no llegue a los 40 millones de hl. Es tener una cosecha corta. Es cierto que arrastramos excedentes que pueden compensar en algo esta merma de cosecha.
También es cierto que las exportaciones siguen creciendo, y que en estos dos últimos meses se han realizado bastantes compras, con el fin de intentar acaparar vino por si la sequía merma de nuevo la próxima cosecha.
Todo esto que les expongo es innegable y cierto, nadie lo duda.
Pero de ahí a pensar que no hay vino, va bastante distancia.
Tenemos pocas existencias y sobretodo hay que pensar que con buen criterio, los elaboradores y tenedores de vino en existencias han retraído sus ofertas, negándose a vender, en muchos casos a ningún precio. Viendo que el vino está subiendo, quieren esperar a ver hasta dónde puede llegar esto y mientras tanto no venden ni un litro de vino. Es normal se mire como se mire. Usted que está leyendo esto, haría exactamente lo mismo sin dudarlo. También es cierto que hay mucho vino vendido, pero en las bodegas aún pendiente de retirarse.
Es cierto que, de no cambiar las condiciones climatológicas, se nos aproxima un futuro lleno de incertidumbres. Si hiela, puede haber daños, pero sobre todo, si no llueve, la merma de cosecha puede ser también considerable, piensen ustedes que tal y como están las cosas hablar de una merma de un 20% sobre la campaña pasada no es ser alarmista, sin embargo ese 20%, sobre 40 millones, nos llevaría a 32 millones, y con esta cosecha no quiero ni pensar lo que podría ocurrir, cuanto más si este porcentaje aumenta. Tómense esto como un ejemplo, totalmente ficticio, ya que no se puede avanzar nada, es solamente una simulación.
Tenemos por delante, por tanto, y como les decía unos meses inciertos, donde la intranquilidad reina en el mercado y donde, como siempre, quiero hacer una llamada a la cordura, a la moderación y a que pensemos en el futuro con miras a largo plazo.
Si por culpa de estas malas cosechas los vinos subieran en exceso, ya sabemos lo que nos tocaría: perdida de mercados y clientes, que serían reemplazados por otros operadores y luego el trabajo que nos cuesta volver a recuperar esos mercados ocupados por otros vinos no tan variables en el precio.
Es cierto, me lo dicen muchos de ustedes, que es inevitable, que quien tiene vino si ve que lo puede vender a cinco, no lo va a vender a tres, eso está claro, igual pasaría y pasa cuando es al contrario.

Es por esto que sinceramente me da miedo, que miro el futuro con intranquilidad ya que nadie, tal y como están las cosas, puede predecir qué pasará en los próximos meses. 

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