Si
cogemos los datos desde la primavera hasta ahora, y los que vendrán luego,
veremos que esta vendimia ha sido conflictiva desde un principio, y el caso es
que termina igualmente conflictiva
Allá
cuando brotó la viña, con unas recientes y abundantes lluvias primaverales
(Aunque no del otoño e invierno anteriores) y con una muestra de uvas más que
buena. Con un desarrollo estupendo. Todo hacia prever que tendríamos una
cosecha de las llamadas grandes y efectivamente quien lo decía no mentía ya que
lo que la viña nos mostraba era eso.
Pero,
como se suele decir en aquella época, aún le quedan a la viña muchos días y
noches en el campo y hasta que la uva no llega al lagar, no se puede decir
nada… Y llegó el largo y caluroso verano, que hasta el día de hoy nos llega, ya
en octubre, y las lluvias no llegaron y la cosecha comenzó a mermar, a mermar,
cada día había algo menos, la uva se quedó, en el secano, pequeña y sin peso. Y
así llegamos a esta vendimia donde la uva de regadío está totalmente sana, ha
madurado correctamente y nos dará vinos de excelente calidad, pero tenemos una
gran cantidad de uva de secano que no ha llegado a madurar correctamente, se ha
paralizado y tenemos una uva con poco caldo, poco, poquísimo grado y descompensada.
Sana de apariencia, pero que deja mucho de desear en otros parámetros
analíticos.
Así las
cosas tendremos una cosecha con una calidad aceptable, quizá con diferencias
sustanciales entre vinos que pueden tener una altísima calidad, y otros que no
llegarán a ella. Poca graduación general. Este año vinos blancos con 12 o más
grados serán difícil de conseguir Y una cantidad que ha ido mermándose día a
día y que es difícil de evaluar, pero que en estos días se estima que pueda
estar entre los 40 y 44 millones de hectólitros.
Esta
tónica es general, Europa tiene menos cosecha en general, Tanto Francia, como
Italia, Alemania y Portugal, han visto mermadas sus cosechas por diferentes
motivos. Y en la cantidad total de Europa, por tanto, va a bajar la cantidad elaborada
considerablemente.
A todo
esto hemos visto cómo el precio de la uva ha ido aumentando casi tan
proporcionalmente como la uva iba disminuyendo, y hemos tenido una vendimia
“caliente” en cuanto a precios se refiere, con continuas subidas y donde muchas
bodegas han hecho y están haciendo lo posible por llevarse a sus lagares la
mayor cantidad de uva posible, viendo la merma que había. Ha habido, además, en
algunas poblaciones un “pique” enorme entre las bodegas que ha llevado a
subidas que no han sido respaldadas por la generalidad de las bodegas de la
región, pero que ahí quedan como constancia de la guerra de precios que hemos
tenido
Entrando
ya en vinos y comercialización, la verdad es que se espera una comercialización
sin grandes problemas, no debe de costar mucho trabajo el colocar este año los
vinos, ya que a nuestra corta cosecha se unen, como arriba les indico, una
merma casi mundial de producción de vinos.
Los
precios de los vinos a granel aún no han salido de manera generalizada, y es
normal, visto lo que más arriba les comento. Al no tener un precio fijo y
definitivo de la uva, es normal que nadie se quiera arriesgar a venderlos y
pillarse las manos.
Por otra
parte el saber que hay poco vino, hace que muchos elaboradores, una vez metido
el vino en bodega, se resistan a vender, esperando posibles subidas en el vino
a lo largo de la campaña y en la seguridad, así lo creen al menos, de que
cuando lo quieran vender no tendrán excesivos problemas en hacerlo y esperan
que el precio del vino suba, o al menos, de lo que si están seguros es en la
creencia de que no bajaran, que hay muchas más posibilidades de que suban que
de que bajen.
Y así lo
creo yo también.
Ahora
veremos cómo se va desarrollando esta campaña, desde el correo del vino, como
siempre, le iremos informando
Manzanares,
4 de octubre de 2016
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