Se
van terminando las vendimias en toda España, los mostos terminan de fermentar y
los nuevos vinos comienzan su largo y tranquilo reposo en los depósitos,
tinajas o barricas, todo como cada año, todo igual, ¿O no?
Pues
no, quizá no nos estemos dando cuenta pero cada año va cambiando un poquito más
la vendimia.
Y
es que este año, cuando ya llevábamos una semana o diez días de vendimia, al ir
de un lado para otro por las carreteras de La Mancha, me di cuenta de una cosa
que me llamó enormemente la atención, y es que no había vendimiadores, por más
que miraba, no veía vendimiadores en el campo.
Cada
año, nada más empezar la vendimia, nuestros campos se comenzaban a ver repletos
de cuadrillas, que con navaja en mano, sus capachillos o cajas iban
recolectando la uva para echarla al remolque y llevarla a la bodega, sin
embargo, bien entrada la vendimia no se veían vendimiadores por el campo.
Supongo
que semejante sensación daría hace ya muchos años, cuando en época de siega del
cereal, se dejaron de ver a los segadores, con la hoz a la cintura, cortando
los haces de mies, para llevarla a la era a trillar, aventar y sacar el grano.
Cosa que ha pasado a la historia.
Igual
está pasando con la vendimia y de manera más significativa con los comienzos de
las vendimias.
Y
es que primeramente se vendimian los varietales nuevos plantados, más
adelantados normalmente que las variedades autóctonas. Así, lo primero que se
vendimia, en el ejemplo de Mancha, pero válido para todas las regiones, son los
moscatel grano menudo, chardonnay, Sauvignon Blanc, Merlot. Etc. Todas estas
variedades proceden de la reconversión del viñedo, todas puestas en espaldera y
que, por tanto, todas se vendimian con máquina.
De
esta forma veías por el campo máquinas vendimiadoras, remolques, adaptados ya
todos para poder llevar la uva procedente de la vendimia con máquina, es decir,
herméticos para no perder el caldo que rezuma esta uva así vendimiada. Mucho
“trajín” en el campo, pero de máquinas solamente para arriba y para abajo, pero
ningún vendimiador.
Luego,
una vez que todas estas viñas se han recogido, si se alternan ya máquinas y
personas, y entra el vendimiador al campo a recoger la uva de la cepa de vaso,
la tradicional, la de siempre.
Y
es que cada año aumenta la superficie plantada en espaldera, que se vendimia
con máquina, y disminuye la plantada tradicional, por el arranque
principalmente. Es el progreso, y los gastos de producción que se reducen
enormemente de tener un viñedo plantado a pie a tener uno en espaldera, es
normal.
Y
quizá nos tengamos que ir acostumbrando a no ver vendimiadores y que estos sean
sustituidos por máquinas en nuestros campos. O al menos que cada año se nos
haga más extraño ver a estas personas bajo el sol cortando racimos de uva y sea
casi anecdótico el ir al campo, como quien va a ver algo curioso, donde se
vendimie la uva con tijeras y capacho, bajo el sol de La Mancha.
Manzanares, 18 de octubre
de 2016
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