viernes, 2 de diciembre de 2016

Vuelve la espada de Damocles al vino


Como en el célebre anuncio del turrón, que vuelve a casa por Navidad, no podía terminar un año sin la amenaza reiterativa y anual de poner un impuesto espacial al vino.

Y es que si repaso la hemeroteca, es difícil que pase un año sin que se ponga sobre la mesa que al vino se le va a poner un gravamen más. Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final, ya verán, se romperá. Aunque esperemos que no sea en este viaje.
Si tomamos como ciertas las declaraciones hechas por el presidente de Gobierno, el impuesto especial de bebidas alcohólicas, referentes al vino y a las bebidas fermentadas, que ahora mismo se sitúa en el 0%, no se tocará, según ha dicho por activa y por pasiva. Otra cosa es que ese “no se tocará”, se refiera a que no subirá, pero no excluye que se puedan incorporar otras medidas. Y, en caso de ponerse, no se aclara tampoco cuánto aumentaría.
La amenaza también afecta a una posible subida del IVA para la hostelería, que en estos momentos está al 10%  y que pasaría a ser del 21%. Rápidamente han declarado que si es así, además de perderse miles de puestos de trabajo, repercutiría en todos los productos que se comercializan, y claro está, el vino es uno de ellos, que además se vende mucho en hostelería y que al sufrir una subida se notaría igualmente el descenso del consumo.
Parece que a pesar de llevar ya años con una legislación en la que se declara taxativamente que el vino es un alimento perteneciente a nuestra admirada dieta mediterránea, cada año se ocupan de recordarnos que en cualquier momento puede ser objeto de una subida de impuestos y baje, aún más, el precario consumo que tenemos.
Un mercado tan sensible como es el del vino, y del que viven tantos miles de personas, se debería tratar con menos ligereza, ya que los rumores surgen enseguida. Pueden ser sólo cuentos, pero al final, un día el lobo va a presentarse y nos pillará a todos por sorpresa.
Unas veces el anuncio llega, como ahora, de España, otras veces nos viene desde la Unión Europea, pero el caso es asustarnos cada cierto tiempo. Desde Europa siempre he dicho que me asusta menos ya que Francia, Italia y España juntas hacen mucha fuerza, sobre todo Francia, que en esto del vino es inamovible en su ardua defensa del vino como producto líder y parte importante de su economía, además de la fama que tiene a nivel mundial.
Personalmente creo que no se pondrá, al menos de momento, el impuesto especial de bebidas alcohólicas al vino, como tienen otras bebidas, ya que también en España y sobre todo en algunas regiones es una baza importante en el sector de las importaciones, creciendo continuamente y representando una parte importante de la economía de muchas zonas. Pero también me da miedo que precisamente por eso, porque crece y se oye mucho y cada vez el volumen económico es mayor, pueda resultar un bocado apetitoso para ponerle otro impuesto y sacarle una suculenta tajada.

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