Un
artículo parecido a este lo escribí hace ya años, muchos años, cuando empezó la
reestructuración del viñedo. En esa ocasión en una conferencia le dije a un
político que lo que estaban haciendo iba a favor de la cantidad, no de la
calidad. El político, recuerdo que esbozó una sonrisa. Yo le dije que la
ventaja que yo tengo es que lo dejo todo por escrito y que luego hablaríamos,
años después lo vi y se lo recordé, entonces se rió menos…
Y es que,
tras estos años, sigo opinando lo mismo, la reestructuración era precisa, no lo
dudo, había que modernizar bodegas y viñedos, pero se podría haber plantado de
otra manera, ya que la reestructuración nos ha dado mucho potencial productivo,
pero hemos y estamos perdiendo los buenos y viejos viñedos año tras año. Y si
hoy día se dice y muestra con orgullo la edad de los viñedos, cuando estos son
viejos, cada vez es más difícil de decir por quedar cada año, cada vez menos
viñedos viejos.
Y no solo
la calidad, que se puede conseguir en espalderas si la carga que llevan no es
excesiva ya que la masa foliar que tienen puede ser mayor y pueden dar esa
buscada calidad. Lo que sucede es que esto cada vez se da menos y en contra de
esto se va a la producción, y esta es grande y mayor que lo será.
Hace
menos años, unos cuatro o cinco, escribí otro artículo que titulaba, más o
menos, hay que miedo me da que no tenemos plantas. Efectivamente llevamos años
en los que la planta se agota y el plantar lo solicitado es un verdadero
problema por falta de planta. Eso ya está dando producción y en los próximos
años va a seguir duplicando producciones y quizá engañándonos, como ha pasado
este año en el que una mala cosecha va a llevarnos a quizá la segunda o tercera
cosecha de la historia de España. ¿Qué pasará y cuánto será, cuando venga una
muy buena cosecha? ¿Alguien se extrañará e que estemos cerca de los sesenta
millones de hectólitros? Y la pregunta final ¿Qué haremos con esa cosecha, como
la comercializaremos? Y una más: ¿Y si al año siguiente repite y nos vienen
otros sesenta?
Con 72
millones de euros se pueden plantar muchos miles de hectáreas nuevas, nuevas o
sustitutas de cepas de tres quilos por cepas de quince… Y así llevamos años y
años. De momento la suerte nos sonríe, la suerte y el buen hacer de nuestros
empresarios, ya que vamos teniendo cosechas asequibles y las exportaciones van
como un tiro marcando récor año tras año.
En
resumidas cuentas, creo que no estamos haciendo las cosas bien, que no estamos
calculando lo que nos puede venir encima si las cosas se tuercen, y vienen
cosechas normales altas a nivel internacional.
Como
siempre luego vendrán las quejas, peticiones de arranques subvencionados, y
volver a repetir la experiencia de años y años.
Tiempo al
tiempo…
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