viernes, 6 de marzo de 2015

ENOMAQ: más ambiente, más gente. Muchas novedades para los vinos

Javier Sánchez-Migallón Royo

Esa era al menos la sensación que se percibía. Parecía que había más ambiente que en la edición anterior, buena muestra de que puede estar mejorando la situación del vino

Siempre es bueno ver más gente y ambiente en estar ferias, y si además se ve interés en invertir, o al menos en ver las novedades que se muestran, es señal de que la situación puede estar mejorando. Según datos ofrecidos por la organización, ha crecido un 5% en cuanto a visitantes se refiere.
Las novedades eran muchas y en todos los aspectos: corchos sintéticos, maquinaria tanto para vinificación como para embotellado, barricas, envases; vinos en lata, en bolsa de plástico, botellas plásticas imitando las de cristal.
También hubo charlas, conferencias, reuniones de enólogos y de otras asociaciones, en una feria en la que se refleja la experiencia adquirida con los años.
Pero sobre todo, se habla de vino, se vuelven a ver caras conocidas, amigos y clientes. Es un centro de reunión del mundo del vino.
Curiosamente, en esas charlas, se ven posturas, criterios y opiniones de todas clases. Varía en función de si hablas con un vendedor, un comprador, un exportador-importador o un embotellador, que variará también si se dedica a los vinos de gama alta, media o baja. Son mundos muy diferentes dentro del mismo sector.
La verdad es que todo lo podemos resumir en los resultados de la comercialización, es decir, si el que embotella, sea el vino que sea, lo vende con mayor o menor dificultad, siempre estará satisfecho. Y así en todos los estratos. Si, por el contrario, no sale o lo hace a precios a la baja, la percepción cambiará.
La conclusión personal que he sacado, en general, es que los graneles de gama baja van mal. El precio es bajo, incluso por debajo casi del coste real de elaboración. Los tintos, con calidades muy dispares, poca estabilidad de color y problemas de calidad. Luego, conforme suben de gama o calidad, son menos problemáticos, aunque sus precios no sean los esperados, pero se comercializan sin muchos problemas y con más valor añadido que los otros.
En los embotellados tres cuartos de lo mismo, el vino de gama baja tiene que pelearse, por céntimos, con muchísimos vinos, y conforme van subiendo de gama el abanico se amplía aunque las cantidades varían enormemente.
En resumen, unos días de feria que sirven, además de para volver a ver amigos, para hablar, y mucho, de vinos, que al fin y al cabo es lo que nos gusta.


1 comentario:

  1. “Me gustaría ser todo de vino y beberme yo mismo”
    Un saludo. ALEX J.

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