Tras
dejar pasar unos días para ver el efecto real que han tenido las heladas en los
campos, tanto españoles, como europeos, estamos en condiciones de ir cerrando
resultados. Aunque siempre el cálculo es poco menos que imposible, al menos
recogemos las opiniones que se están dando en los mercados. De lo que se está
hablando en estos días.
Como siempre sucede en estos casos las opiniones son dispares y
contradictorias en función de quien las diga, ya que el prisma con el que se
mira la situación es muy diferente si el que mira es, por ejemplo, comprador o
vendedor de vinos, agricultor o importador.
Así las cosas hay quien dice que es un desastre total y quien, aun
admitiendo un daño importante (Esto nadie lo puede negar) no lo ve tan
catastrófico y alude a que hay zonas muy afectadas pero no son tan extensa como
algunos quieren dar a entender y niegan la mayor al oír que son regiones
enteras las dañadas y este daño que sea el de prácticamente el 100x100. La
evaluación cambia bastante si te la dice un agricultor (más si está afectado),
si el comentario te lo hace un elaborador o te la hace un industrial, y como
bien pueden suponer va in crescendo o disminuyendo según quien te la aporte
En cuanto a la repercusión que pueda tener, pues sucede lo mismo y
depende de quién te lo diga, así pretende que sea de una manera o de otra. Como
comprenderán ustedes hay que saber en estos momentos separar el grano de la
paja, ya que hay quien te lo dice con buena voluntad, pero también quien
intenta influir en tu opinión exagerando, en un sentido o en otro la
información.
Es cierto que en estos momentos el vino y su mercado han cambiado
radicalmente de posición desde las heladas y ha pasado de estar flojo, a la
baja y con casi nulas operaciones, a todo lo contrario. El vendedor de vino o
bien ha retirado las ofertas del mercado, o bien los precios que pretende por
su vino son mucho más altos que los que había entonces e incluso me atrevo a
decir que los que el mercado está dispuesto a asumir, al menos de momento.
Ante esta postura está quien dice que los daños se han producido en
zonas que no afectan en absoluto al mercado de graneles, ya que si en España ha
helado en Rioja, Galicia, Castilla León, con Rueda, o Ribera del Duero, poco
influye esto en los graneles, en cuyas zonas no ha helado nada, por tanto no
debería repercutir, al menos en exceso en los precios de los graneles. Esto,
que puede parecer lógico, no lo es del todo, ya que tenemos que ampliar el
Angulo de visión y abrirlo a Europa,
donde son innumerables las zonas afectadas y que pueden hacer que se
busquen los graneles españoles al verse los suyos afectados.
Hasta aquí, más o menos la exposición de posiciones, las consecuencias
que nos `pueda acarrear es el problema a resolver. Y empiezo diciendo que, como
casi siempre, en la mesura, en el centro, es donde está lo más probable. Así,
personalmente resumo diciendo que las heladas han sido fuertes, hablando de
Europa, muy fuertes, por supuesto no ha sido el desastre total, pero si hemos
sufrido un daño importante que, indudablemente, debe de influir en los
mercados, tanto en esta campaña como, ya verá hasta donde, en la próxima
campaña, y al decir que debe influir no me quiero referir a que debe de subir
exageradamente como algunos ya pretenden, no, tampoco es para eso. Debemos de
ir midiendo tiempos y cantidad de vino y obrar en consecuencia, cerrarse
totalmente en ventas no es bueno, hay que aprovechar esta oportunidad para ir
vendiendo nuestros graneles, y cuando llegue la próxima vendimia, que será la
que nos diga realmente el daño que hemos tenido, en función de eso, seguir
obrando en consecuencia de lo que tengamos, está claro que si se confirma todo
lo que vemos los vinos pueden ganar en precio, lo que nadie sabemos es hasta
donde. Nos tenemos que preguntar si los mercados y sobre todo los consumidores
aceptarían, por ejemplo, un vino a 3 euros hectógrado, y luego decirnos: si, lo
aceptan a tres, pero ¿Y a seis?, probablemente no, por eso debemos saber buscar
el fiel de la balanza donde todo el mundo pueda defenderse.
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