Descorche.
Una
buena moda que llega a España
Esto,
que es práctica habitual sobre todo en el ámbito del mundo anglosajón,
Inglaterra, Estados Unidos… Está llegando a España, cuesta introducirlo, pero
sería un gran avance en el consumo del vino en hostelería.
Hay, por
decirlo de alguna manera, dos maneras de hacerlo. Una, la más habitual, es
llevar el vino que quieres beber al restaurante y este te cobra entre 6 y 20
euros, depende de la categoría, por el descorche, es decir, el servicio del
vino, apertura, copas, etc. El precio depende, en algunos sitios incluso no
cobran nada (en estos países, me refiero) al estar ya incluido en el precio
habitual.
La mejor
manera es preguntar con anterioridad si lo permiten o no, hablando ya en
España, ya que hay bastantes que solo permiten los vinos que tienen en su
bodega y no dejan llevar vino del exterior. Pero normalmente, más si somos
clientes y aunque no sea norma habitual si dices que tienes interés en probar
un vino determinado, más si ellos no lo tienen en la carta, te suelen dar
permiso para llevarlo y así, por decirlo de alguna manera,, convertirlo en
costumbre habitual en ese restaurante.
En
España. También por nuestra forma de ser, aún se puede tomar esto como algo que
nos de vergüenza proponerlo, pero al igual que ya es normal en cualquier
restaurante, por lujoso que sea, llevarte la comida restante, incluso el vino
que no te hayas bebido, y se ve ya con cierta normalidad, lo del descorche, con
el tiempo, se puede y debe convertir también en algo normal.
Antes de
continuar, comentarles una segunda opción que cada día se ve más y es que el
mismo restaurante tenga una tienda de venta de vinos, no solo restaurantes,
bares de tapeo incluso, tienen su enoteca con venta al público, tu elijes la
botella, la compras ( a precios que siempre son inferiores al que se paga en
restaurante), y te cobran un dinero por el descorche y servicio, te pides
aparte alguna tapa en el caso del bar y te tomas la botella de tu vino
preferido con tus amigos, así de sencillo, y en todos estos sitios, está
demostrado, se incrementa la venta de vino.
Les
contaré una anécdota que me ha pasado hace pocos meses, para ver lo que es
justo lo contrario de lo que estoy proponiendo en este artículo. Y es que hace
unos meses se casó una sobrina mía. Yo le quise regalar el vino de la boda,
blanco, tinto, espumoso, dulce… Y le dije que hablará con el salón de bodas
para que negociaran lo que les rebajaban por no poner ellos el vino y ponerlo
nosotros. Parto que era un hotel de cinco estrellas y en su restaurante se
celebraba la boda. Pues bien, le dijeron que no solo no le descontaban ni un
euro por llevar el vino, sino que, además, le cobraban por el descorche cinco
euros más por persona… Aunque parezca increíble es así. Claro, no le regalé eso,
¡vaya regalo sería que le costara más el cubierto encima! Dejar constancia,
además, que el vino que sirvieron en la boda era, sencillamente imbebible…
La opción
de llevar nuestro vino preferido, o el que creemos que puede ir mejor a cierta
comida, o simplemente el que nos gusta y queremos dar a probar y compartir con
nuestros amigos, familia o compañeros, la verdad es que es una nueva modalidad bonita
de consumir vino. Al restaurante, cuyas cartas de vinos cada vez ajustan más
los precios, también le puede ser interesante, quizá ganen menos, pero se evitan
un almacenaje de vino largo, roturas, vinos que se echan a perder por no tener
salida, etc.
Y siempre
es un detalle para el cliente, quizá una buena idea para aumentar la baraja de
vinos de su carta. Y, como les digo, una nueva modalidad de consumo de vino que
puede beneficiar a todo el sector, hostelero incluido.
Es una
idea a tener en cuenta y en la que los que nos dedicamos y estamos en esto del
vino, debemos de hacer hincapié y ser los primeros en reclamar del restaurante
esta deferencia para con los clientes.
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